China y la Unión Europea afrontan la fase final de las negociaciones para solucionar la guerra comercial que les enfrenta en el ámbito de los coches eléctricos. Europa considera que la competencia de estos vehículos, favorecidos por subvenciones gubernamentales que les permiten ofrecer precios inferiores, resulta desleal respecto a sus fabricantes.
Por ello decidió aplicar provisionalmente unos aranceles adicionales al 10% que ya se fijaban anteirormente y que es de diferente cuantía dependiendo de cada marca (se incluye también en este grupo a los vehículos producidos en China aunque el origen de su fabricante sea europeo o incluso norteamericano), con un máximo del 38,1%.
El precio mínimo, una posible solucion
Ahora, cuando se está llegando al tiempo límite de las negociaciones, ha emergido una posible solución que podría evitar la aplicación efectiva de los aranceles: el precio mínimo.
Según ha informado Autonews, ese mecanismo está encima de la mesa y podría ser bien visto por ambas partes para desbloquear la situación. "Los equipos técnicos negocian un compromiso de precios flexibles", la denominación que se emplea para definir el posible establecimiento de un precio mínimo para los coches chinos importados a Europa, que podría ser la llave para desbloquear una 'guerra comercial' que lleva vigente desde mediados de junio.
Esa fórmula podría ser la clave para eliminar las reticencias de Europa a la competencia de los coches chinos eléctricos, que están ofreciendo precios muy competitivos, y permitiría a los asiáticos evitar los aranceles propuestos, en algunos casos tan altos que dejarían a algunos modelos prácticamente fuera de mercado.
Decisión final en breve
En teoría, será el 30 de octubre cuando se produzca la votación final de los países de la UE que marcará la aplicación definitiva de los aranceles, si antes no se llega a un acuerdo satisfactorio para ambas partes