Hay un país de Europa que se sale de la norma en la manera de combatir el coronavirus, que es Bielorrusia. Apenas está tomando medidas, pues aún no llegan a 90 casos y su presidente, Aleksandr Lukashenko, tiene su particular manera de ver las cosas. Las fronteras están abiertas, la gente sigue yendo a trabajar y los supermercados no son arrasados. La vida es normal, y las competiciones deportivas siguen su curso, así como los cines y teatros permanecen abiertos, a diferencia de lo que pasa con sus vecinos rusos y ucranianos.
En el cargo desde 1994, Lukashenko dijo hace unos días que "los tractores nos curarán del coronavirus", en alusión al trabajo duro que se realiza en las granjas del país, como ejemplo. También indicó, que le gusta decir últimamente, "en broma", que "el alcohol no sólo sirve para lavarse las manos", sino que también hay que beber unos "100 mililitros al día para envenenar al virus", aunque, "no en el trabajo", matizó.
El mandatario agregó, entre sus remedios para prevenir el contagio, que se debe "ir a una sauna seca dos o tres veces por semana. Los chinos nos dijeron que el virus muere a partir de los 60 grados".
Pues bien, el presidente, de 75 años, ha reaparecido hoy en un torneo de hockey en Minsk para dar ejemplo de normalidad. "No hay virus aquí, esto es un refrigerador", ha dicho el mandatario, si bien es cierto que en la calle estaban a 14 grados, nada extraordinario a decir verdad. "Los deportes, especialmente los deportes de hielo, son la mejor medicina antivirus", agregó Lukashenko.
Comentarios