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Tras 16 días sin ejercitarse, justo después de que el pasado 23 de abril disputara su último partido contra el Barcelona en el Camp Nou, el regreso de Oblak a la portería del Atlético de Madrid continúa siendo todo una incógnita. De hecho, aunque en todo momento permanece bajo la supervisión de los servicios médicos del club, la voluntad del propio futbolista también tiene mucho peso en la decisión que finalmente se adopte para poner fin de una vez por todas a los problemas cervicales que sufre.
Aunque el Atlético aprovecharía el anuncio de la lista de convocados para medirse al Mallorca, dos días después de la visita al líder, para informar de que el esloveno padecía una contractura cervical, lo cierto es que el cinco veces Zamora viene conviviendo con dolores en esa zona durante prácticamente todo el curso.
Pese a la molestia que le suponía, Oblak no ha querido echarse a un lado en ningún momento. Sin embargo, una vez intensificado el dolor y teniendo en cuenta que el objetivo anual de certificar la Champions está bien encarrilado, tanto los servicios médicos como el propio futbolista entendían que era el momento propicio para tratar de poner fin al calvario y no tomar riesgos.
De ahí que se pusieran sobre la mesa todas las opciones posibles, quedando todo a expensas de la evolución que fuera experimentado el guardameta, por un lado, y de su propia voluntad, por el otro. De hecho, el abanico planteado abarcaba desde el reposo inicial y la pertinente fisioterapia, a un tratamiento conservador, sin descartar incluso la vía de un paso por el quirófano.
Con todas las opciones abiertas, el paso de los días no ha acabado de esclarecer luz al asunto, más allá de que Grbic, que ya superó con nota sus presencias contra el Mallorca, Valladolid y Cádiz, seguirá defendiendo la portería mientras se toma una decisión definitiva.
Jan tiene la palabra final
Aunque en un primer momento Oblak apostaría por la vía del medio y seguir un plan específico con la esperanza de que las molestias fueran remitiendo, lo cierto es que el problema persiste. De hecho, había cierta esperanza en que esta misma semana pudiera experimentar algún avance, pero la realidad es que, salvo giro inesperado en las últimas horas, Jan aún no está en disposición de situarse bajo los palos en plenitud de condiciones. Mientras tanto, sigue habiendo voces que recomiendan una operación que, si bien supondría el adiós al curso, se supone le permitiría afrontar el siguiente sin dolencias. De ahí que todo quede en manos del portero.