El aislamiento de Joao

No está siendo un verano fácil para Joao Félix. Desde que el 10 de julio se incorporó al grupo sólo ha sido noticia por temas extradeportivos y por su incierto futuro... y nunca por lo que puede hacer sobre el verde. De hecho, la oportuna lesión que sufre le ha impedido debutar en los dos duelos coreanos. Es, así las cosas, el único de los rojiblancos que no se ha estrenado en el primer periplo de la gira por Corea.

En Seúl precisamente se ha producido una de las imágenes más recurrentes de la pretemporada: Joao con rostro serio, por ser suaves, viendo como si no fuera con él los partidos de un Atlético donde ya ha dicho que no quiere jugar. No es su sitio ya, entiende, y se busca una salida para que todas las partes acaben con el problema actual.

Mientras se soluciona, en cualquier caso, Joao debe seguir en la dinámica del grupo de los de Simeone. Ser uno más, claro, para intentar revertir su situación. Así debería ser en un jugador profesional que tiene todo para ser uno de los mejores jugadores del planeta, así no es por la actitud del jugador, lejos de ser la de unión al grupo.

Solo... o con Lino

Cabizbajo y serio en los entrenamientos, pero también en las comidas y en las charlas. Apenas Samuel Lino es su única unión con un grupo del que vive separado en casi todas las situaciones posibles. El móvil y la música acaban siendo los acompañantes de un jugador aislado que cuenta los días para acabar su vínculo con el Atlético.

No es una situación cómoda ni para el jugador, ni para sus compañeros o para el propio Simeone. Todos ellos ven la situación desde la barrera mientras se espera una solución para un jugador que el curso pasado tenía en el clan luso (Lodi, Felipe o Cunha) el grupo al que agarrarse. Con ellos fuera el ahora 17 vive completamente solo y aislado a la espera de una solución.