El Atlético, a marcha de campeón

En Champions, ya clasificado para los octavos como el quinto mejor equipo de Europa, esperando rival para marzo al tiempo que contempla cómo muchos grandes del continente debatirán su continuidad en la competición en una eliminatoria a vida o muerte. En LaLiga, a un punto del Real Madrid en vísperas de presentarse el sábado en el Bernabéu en disposición de recuperar el liderato del que ya gozó tras asaltar la casa del Barcelona, justo antes de proclamarse campeón de invierno. Y en Copa, a tiro de una victoria en la visita del Getafe de mañana al Metropolitano para plantarse en las semifinales que ya alcanzó en el ejercicio anterior. Así se explica la marcha de campeón con la que camina el Atlético. No en vano, sus 24 victorias o la diferencia de goles de +40 tras haber marcado 67 y encajado 27 sólo tienen parangón con su temporada más perfecta: la 13-14 en la que Simeone levantó su primera Liga, condujo a la final de Lisboa y se quedó a las puertas de defender la corona conquistada ante su eterno rival un año antes en el torneo del K.O.

Aunque hubo otros tres ejercicios en los que había alicatado el marco en sus 34 primeros partidos más aún que ahora (en la 15-16 en que llegó a la final de Champions de Milán apenas había encajado 18 y en la 17-18 en la que levantó la segunda Europa League de la mano del Cholo llevaba 19) y a pesar de que el curso pasado había celebrado ocho dianas más (75), el equilibrio perfecto entre una defensa granítica y un ataque demoledor se manifiesta en el actual Atlético como en los mejores días de Simeone.

Un camino a seguir

De hecho, la solidez, el carácter competitivo y la fiabilidad con la que los rojiblancos se están presentando como candidatos a aspirar a todos los títulos en juego (a la espera de poner la guinda en el Mundial de Clubes de junio) recuerda a la campaña más redonda del Cholismo, por más que los números de entonces sean de momento inalcanzables: 26 victorias y una única derrota a esta alturas, con 78 tantos a favor y 20 en contra que arrojaban una diferencia de +58.

Desde entonces, la temporada con la que el Atlético se había manejado con más acierto para encajar poco y marchar mucho se remontaba al balance de +37 de la 16-17, otra en la que los rojiblancos convivieron del mejor modo con la pelea por varias competiciones a la vez, aunque no se viera recompensado con títulos: semifinales en Copa y Champions y tercera plaza en LaLiga.

Cabe recordar también que la pasada campaña el Atlético, que presentaba un balance de +35 pese a la sangría defensiva que le había llevado a recibir 40 tantos, llegó a despertar la ilusión de levantar algún título al presentarse en las semifinales de Copa y acariciar el pase ante el Dortmund en los cuartos de Champions, si bien con sus opciones de luchar por la Liga dilapidadas. Todo lo contrario de la actualidad, que habla de un equipo que no afloja en ninguna competición en su camino hacia Neptuno.