Aunque durante muchos meses se dijo que el fichaje de Gündogan por el Barcelona estaba cerrado, no fue hasta la semana pasada cuando el jugador tomó la decisión definitiva. Hasta el último segundo ha meditado una decisión trascendental en su carrera, con muchas opciones encima de la mesa y muchos vaivenes en su cabeza. Porque no era no fácil decantarse. De un lado, el City, con su amigo Guardiola a los mandos, el brazalete de capitán en el brazo y una oferta que en lo económico superaba en dos millones anuales a la del Barça. Por otro lado, el Barça, con Xavi persuadiendo como mejor sabe, diciéndole exactamente lo que Gündogan, un loco del fútbol, quería oír. Luego estaban los millones de Arabia: 105 millones repartidos en tres temporadas. Y, por último, dos históricos como el Arsenal de otro buen amigo (Arteta) y el PSG, aunque la opción de este último se cayó cuando se descartó la llegada de Nagelsmann al banquillo.
Vayamos por partes. Con todas estas opciones encima de la mesa, Gündogan decidió aplazar cualquier decisión hasta que acabara la temporada. Su tío y a la vez representante, Ilhan Gündogan, había hecho perfectamente su trabajo y había recopilado todas las ofertas para el jugador. Así, una vez que acabó el curso, el 10 de junio en Estambul, Ilkay tenía encima de la mesa todas las propuestas perfectamente detalladas. Proyecto deportivo, cifras económicas, informe de la ciudad y el vestuario... Gündogan tenía todo el material a su disposición, pero no era fácil decidir porque a todas las propuestas tenían un atractivo para él.
El no rotundo a 35 millones y un 3+1 de Arabia
La primera que descartó fue la de Arabia, porque Gündogan siente que tiene fútbol para seguir en Europa al máximo nivel. Otro caso Modric. El jugador turco-alemán no dio pie ni a una negociación que empezaba en 35 millones anuales dentro de una propuesta de 3+1. La propuesta económica hubiera sido mayor si Gündogan hubiera querido, pero no entró en el juego y descartó Arabia de primeras.
Luego se cayeron, por este orden, PSG y Arsenal. Al equipo Günner, como decíamos, le unía su amistad con Arteta (con el que trabajó en el City) y el atractivo de una ciudad como Londres. Pero Gündogan tenía claro que era el Barça o el City. Y cogió Barça. "¿Por qué?", se pregunta la mayoría.
Fin de su ciclo en el City
Cuando Gündogan levantó la Champions, sintió que su ciclo en el City tocaba a su fin. Lo había ganado todo con un equipo con el que ha crecido de la mano en los últimos siete años y pensaba que su legado estaba claro allí con la Copa de Europa. Su foto quedará para siempre impresa en las paredes del Etihad, ¿Qué más podía hacer? Gündogan quería nuevos retos. Y el del Barça le llamó la atención desde su primera conversación con Xavi.
El entrenador del Barça habla el mismo idioma que Guardiola y eso le gusta. Con su nuevo entrenador ha mantenido ya tres conversaciones, quedando en todas plenamente satisfecho. Le gusta el estilo del Barça y el rol deportivo que tiene listo para él. Imposible decir no.
Ter Stegen y Lewandowski, grandes fichadores
Luego, para rematar, entraron dos actores en juego que han jugado un papel decisivo en las últimas semanas: Ter Stegen y Lewandowski. El primero ha hecho un gran trabajo en la concentración de la selección alemana y el segundo tuvo un cara a cara con él tras el Polonia-Alemania de la semana pasada. Gündogan, y aquí cito palabras textuales, "vio estrellas en los ojos de Lewandowski" cuando hablaba del Barça como club y de Barcelona como ciudad. El polaco, por el que Gündo siempre ha tenido un respeto reverencial, está enamorado de su nuevo club y de la vida que lleva en la Ciudad Condal y así se lo hizo saber en esa charla.
Con todos esos ingredientes encima de la mesa, Gündogan votó Barça y su tío lo remató rápido. Fue Lewandowski, vía whatsapp, el primero en felicitarle y en celebrar su reencuentro. Pero eso fue justo después de que el futbolista tuviera que enfrentarse a uno de los momentos más difíciles de su carrera: llamar a su amigo Pep. Porque Guardiola ha sido más que un entrenador para Gündogan, ha sido un amigo con el que ha pasado horas y horas hablando de fútbol, en su casa y en el despacho del entrenador. No tuvo reproches Guardiola por su decisión, sino agradecimiento. Y buenas palabras por su elección, porque para Pep, el Barça siempre será su Barça.