Once del Barcelona en el Clásico. / MARCA
Necesitado de una recuperación de su identidad, lo que ha hecho del club una de las referencias mundiales, el aficionado del Barcelona se ilusionó con los fogonazos que el equipo emitió en su curso por la Liga hasta el domingo pasado. Noventa minutos han bastado para reflejar una realidad tumbativa: el Barça es menos de lo que se vende. En cuanto ha llegado la montaña, como si fuera el Tour, el e
quipo de
Xavi
ha salido magullado mientras se desnudaba su realidad. A excepción de la portería, donde
Ter Stegen
ha vuelto al nivel que se le vio con anterioridad, una revisión a cada línea demuestra que no es un equipo para competir contra los clubes con los que se comparó y, quizás, tampoco tiene altura para pelear por la
Liga
. En el
Clásico
que menos exigió al rival hasta donde alcanza la memoria, al
Madrid
le bastó la calma para pasar por encima de su rival. El ejemplo más claro es que no hay un futbolista que en la comparativa supere a su homólogo en el equipo blanco cuando Courtois es titular.
Asfixiado por las deudas, el Barça ha maquillado su plantilla este verano. Pero ni la destreza de Mateu Alemany, un gran negociador, ha servido para fichar a uno de los cinco mejores jugadores en su puesto, salvo
Lewandowski
y su deseo de explorar otro país. Contrató lo que había, un esfuerzo aplaudible, lo que le ha hecho subir un escalón respecto a la pasada temporada, pero no ha alcanzado la fiabilidad. Salió desnudo del
Bernabéu
, de la misma manera que había acontecido en
Múnich
. El
Inter
, que tampoco es aspirante a nada en la
Champions
, no se plegó a los azulgrana en 180 minutos.
El destello de Ansu Fati
La vida cotidiana, LaLiga, le servirá para llegar hasta junio. Habrá que ver si al soci le sirve. Igual una ráfaga de conformismo se ha instalado entre el público azulgrana. El problema es que a maravillosos proyectos, en especial
Pedri
y
Gavi
, se les ha elevado a una constelación a la que aún no pertenecen. Cualquiera de los centrocampistas que alineó
Ancelotti
tiene más incidencia en el juego que los jóvenes prometedores. Más crítico aún es el estado de la retaguardia, donde ha salido especialmente malparado
Eric García,
con graves carencias en lo primero que se le debe exigir: defender.
Sin embargo, hay un segundo que invita a creer al aficionado culé. Fue la jugada de
Ansu Fati
en el gol. Hay mucho fútbol en ese chico, lastrado por las lesiones. Es un foco de esperanza en la oscuridad, situación que ha sido tan crítica que en el análisis requiere magnanimidad. Por mucho que sea el Barça.
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