Los alrededor de 3.500 aficionados realistas desplazados a Portugal para animar a su equipo tiñeron de txuriurdin todos los rincones de Lisboa y se dejaron la garganta animando a los de Imanol en la grada de Da Luz, con un comportamiento ejemplar durante toda la jornada.
Los miles de seguidores acudieron a Lisboa desde el fin de semana, aprovechando los días previos al partido contra el Benfica para hacer turismo, a la espera de que el martes recibiesen el apoyo de los que se desplazaron para llegar justo a la cita contra el conjunto local.
Los controles de seguridad en las puertas y la acumulación de personas poco antes del arranque del choque provocaron nervios y caos en los s al campo lisboeta, no entrando a tiempo algunos de escuchar ese mágico himno de la Champions, pero finalmente todos y todas estuvieron alentando a los suyos a tope, tanto que en muchos momentos se les escuchó más que a los locales.
Gran comportamiento
Durante el martes, las calles y plazas de la atractiva ciudad lusa se llenaron de personas con camisetas blanquiazules, también el famoso tranvía, el metro, los taxis y los autobuses, y ni que decir tiene que los bares y restaurantes, que celebraron el gran ambiente y la buena recaudación que dejaron los hambrientos y sedientos seguidores realistas.