La profecía del Estadio Da Luz: estadio maldito para el Barcelona y glorioso para el Real Madrid

Cuando el Real Madrid ganó su décima Copa de Europa, en mayo de 2014, del moderno Estadio Da Luz no quedaron ni las redes. Sergio Ramos se encargó personalmente de cortar la malla de la portería en la que clavó el imponente cabezazo que abrió las puertas de la prórroga. Con el añadido de haber derrotado al Atlético de Madrid en la final, la casa del Benfica ha quedado como uno de los grandes templos en el imaginario madridista.

Seis años después, el mismo escenario fue una pesadilla para el Barcelona, que vuelve hoy al lugar de los hechos por segunda vez esta temporada. La calamidad fue el contundente 8-2 ante el Bayern Munich... de Hansi Flick. Sin duda, una de las peores noches para el club azulgrana en la Copa de Europa. No deja de ser curioso que este estadio haya acogido dos acontecimientos tan distintos entre los dos máximos rivales del fútbol español.

El Barça ha tenido tiempo para resarcirse a medias. Esta misma temporada, en la fase de clasificación, consiguió un memorable 4-5 ante el Benfica, en uno de los mejores partidos del remozado formato de la Champions.

El estadio, todo un símbolo

El estadio de La Luz es uno de los grandes símbolos del fútbol portugués y, además de la casa del Benfica, es también feudo de la selección nacional en la mayoría de sus partidos. El estadio fue construido entre 2001 y 2003 para albergar partidos de la Eurocopa de 2004, con Lisboa como sede principal. No le trajo mucha suerte a la selección anfitriona ya que perdió la final ante Grecia en uno de los desenlaces más sorprendentes en la historia de la competición.

Tiene capacidad para 65.000 espectadores y está en un lugar contiguo al viejo estadio del Benfica, una instalación con solera pero que se fue quedando obsoleta.

Con un coste de 120 millones de euroses el estadio más grande e importante de Portugal y su infraestructura le ha valido que la UEFA le catalogue con el estado de 'élite' lo que le concede el estatus necesario para albergar finales europeas.

También es escenario de eventos al margen del deporte. Al igual que el Bernabéu, acogió uno de los conciertos de Taylor Swift en su última gira.

Es, sin duda, una de las joyas arquitectónicas de Lisboa y no deja de ser curiosa su impronta en el fútbol español que lo ha unido a su historia bajo el contraste de dos situaciones muy distintas: una Champions ganada por el Real Madrid (y perdida por el Atlético) y uno de los peores partidos en la historia del Barça.

Esta noche, el águila, emblema del Benfica, volverá a volar sobre el césped del estadio Da Luz antes del partido.