Los aficionados ingleses han vuelto a enfrentarse con la policía en el Puerto Viejo de Marsella, la misma zona en la que esta madrugada provocaron disturbios.
La tensa calma que se vivió durante toda la mañana se ha vuelto a romper esta tarde, después de que los hinchas británicos se apostasen durante horas en los pubs británicos de la zona.
En los incidentes de la madrugada, en los que la policía desalojó con gases lacrimógenos a un grupo de unos doscientos hinchas que estaban lanzando sillas contra los establecimientos y provocando peleas, hubo dos detenidos, un británico y un francés.
El británico ya está en libertad con cargos y el francés pasará este fin de semana a disposición judicial.
La federación inglesa ha emitido, al respecto, un comunicado en el que manifiesta estar "decepcionada" con el comportamiento de sus aficionados, pide a las autoridades que identifiquen a los alborotadores y ruega a los hinchas que observen un "comportamiento respetuoso" y "disfruten del partido".
Por su parte, Roy Hodgson, seleccionador inglés, pidió que los hinchas "huyan de los problemas que pueden estar al acecho en una esquina".
"Esperamos que vengan a apoyarnos al igual que lo hacen siempre", dijo Hodgson, al ser preguntado en conferencia de prensa por la violencia exhibida por sus compatriotas.
"Confiamos que vengan a disfrutar del torneo, que disfruten viéndonos jugar y huyan de cualquier problema que pueda estar al acecho en una esquina", añadió.
Inglaterra y Rusia se enfrentarán mañana en el estadio Velodrome de Marsella, en un partido que ha sido declarado de alto riesgo.