El Huesca de Ziganda está demostrando que el fútbol es cambiante y a veces hace saltar por los aires las dinámicas y tendencias. Y es que en solo siete partidos, el equipo aragonés está mostrando un rostro muy diferenciado respecto a la campaña pasada. Es cierto que la plantilla ha cambiado mucho pese a la continuidad del mismo cuerpo técnico. Y hay dos aspectos que ratifican el cambio.
Este curso es más solvente como visitante que como local, una dinámica antagónica a la campaña pasada. De siete puntos, cinco los ha sumado fuera.
El otro resorte, la estrategia. En toda la campaña pasada, el Huesca anotó solo seis goles a balón parado. A ellos habría que unirles los tres tantos que llegaron desde el punto de penalti.
En lo que va de temporada ya van cinco tantos que o han nacido de la estrategia o de una evolución de la misma. Cinco de seis goles en total que ha marcado el Huesca hasta la fecha y Loureiro, con dos goles en las últimas dos jornadas de cabeza, se ha convertido ya en el actual máximo goleador del equipo oscense.
Samuel Obeng marca el primer tanto de jugada
Hasta el minuto 24 del partido en Santo Domingo todos los goles del Huesca habían llegado en estrategia y por otra parte ninguno hasta entonces había sido obra de uno de sus delanteros.
Un contraataque perfecto que culminó Samuel Obeng sirvió para marcar el tanto definitivo en Alcorcón. Un gol que es además el primero para un delantero del conjunto azulgrana y que el propio Obeng reconocía al terminar como muy necesario para su confianza.
La figura del delantero es una de las dudas de cara al partido ante el Sporting aunque su intención es la de llegar. Ziganda también está pendiente de Gerard Valentín, tocado en la última semana y Rubén Pulido ausente por lesión en las últimas cinco jornadas.
