35 DÍAS, 35 FIRMAS DEL MUNDIAL
35 Días, 35 Firmas del Mundial

Una final abierta para el Mundial que igualó el físico

El seleccionador español en los Mundiales de 1994 y 1998 analiza la final entre Argentina y Francia

Javier Clemente posa para MARCA en Bilbao.
Javier Clemente posa para MARCA en Bilbao.Ángel Rivero

En víspera del desenlace del Mundial de Qatar, la primera lectura que surge es que ha sido la edición de la igualdad. Por primera vez, por el hecho de celebrarse en invierno, los jugadores han llegado pletóricos físicamente y eso se ha traducido en un aumento de la dificultad para desequilibrar los partidos. Treinta y siete de los 62 encuentros disputados hasta ahora acabaron en empate o con difer

encias de un gol, además de que muchos de los otros choques arrojaron resultados inciertos hasta su recta final. Estábamos acostumbrados a ver los Mundiales en verano, cuando los jugadores de las grandes ligas que hoy en día pueblan casi todas las selecciones del planeta, llegaban
descuajeringados
por la dureza de la temporada. Ahora se les ha visto frescos, se juega más rápido y los espacios se han reducido aún más.
Es la razón por la que, por ejemplo, a mí no me ha sorprendido Marruecos
. Estuvo a punto de liarle una buena a Francia. Como no tiene aún gran nombre en el concierto internacional, la gente no se percata del número de jugadores que tiene en el fútbol europeo (20 de los 26), además de poseer una liga bastante fuerte y un grupo de jóvenes muy interesante. No es el primer aviso, pero sí otra advertencia de que se puede producir un cambio en el futuro del fútbol cuando, paradójicamente, si Francia gana mañana, se ampliará a 20 años el periodo más extenso de dominio de Europa en los Mundiales, La final se presenta abierta.
Francia ha cumplido con el rol de favorita
. Parece algo más completa que Argentina. Me ha fascinado
Tchouaméni
-con el inglés
Bellingham
de los que más- y su derroche de facultades. Atrás son muy fuertes,
Griezmann
ha añadido un enorme trabajo defensivo a su calidad y arriba tienen a
Mbappé
, de potencia descomunal.
Son un bloque poderoso frente a
Messi
. Su Mundial ha elevado todo lo que tiene alrededor.
El vestuario está con él y se han crecido. Son un ejército de pretorianos no exentos de talento -especialmente brillante ha estado Julián Alvarez que todo lo que pilla lo mete dentro- que trabajan para que Messi disfrute. Leo está haciendo un soberbio ejercicio de cómo dosificarse con 35 años. Quizás se haya empleado individualmente a tope en sólo cinco o seis acciones por partido, pero con ellas ha marcado la diferencia. Por eso están en la final y a un solo paso de la gloria.

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