Osasuna celebra el pase a semifinales de Copa.
Mientras se desangran algunos clubes subidos en el carro de la modernidad otros vuelan a lomos de mantener los valores, la esencia, de todo lo que les hace reconocibles. Osasuna, de moda por meterse en las semifinales de Copa además de por su gran Liga, es el ejemplo de lo segundo. De los primeros hay tantos casos en nuestra Liga que no pocos aficionados se sentirán reflejados. Y es que vivim
os la época de las
camisetas psicodélicas
, los
estadios sin alma,
los evidentes fracasos en la modernización de símbolos que dejan de serlos por la falta de identificación de un deporte en el que lo único que no cambia es la afición. Ya saben, se puede cambiar de todo en esta vida menos de equipo... por mucho que algunos se empeñen en alejar de lado a los hinchas. En este caso, a los propios, que para los rivales ya tenemos a los grandes poniendo trabas a tener el 'enemigo' en casa. Incluso en la grada.
De ahí que convenga rescatar y poner en valor lo que hace el conjunto de Pamplona.
Técnico de la casa
, jugadores que se identifican con unos colores (otros bastante tienen con defender a sus selecciones) y una hinchada que ante todo siente orgullo de pertenencia. Eso que es vital en la vida (incluso más allá del fútbol), eso que hace que muchos regateen las zancadillas e injusticias de la vida simplemente por estar donde se quiere estar.
Aficiones que se distancian
Sea como fuere, existen dos modelos de hacer las cosas y cada uno elige el que quiere abrazar. Los que prefieren mirar solo la cuenta de resultados se acaban encontrando con una desafección que acabará por explotarles en la mano. Eso, sí
el monstruo que han creado no acaba devorándole antes
. Que méritos han hecho para ello.
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