El Liverpool cerró el año 2022 con una victoria rocambolesca ante el Leicester gracias a dos goles en propia puerta de Wout Faes en el tramo final de la primera parte (minutos 38 y 45). El defensa belga no se podía creer su mala suerte al darle la vuelta al partido, de forma involuntaria, tras el tanto inicial de su compañero Dewsbury-Hall.
El primero de los tantos vino en un centro desde la izquierda sin mucho peligro en el que Faes desvió el balón y este se envenenó trazando una insólita parábola que se convirtió en una imparable vaselina. Poco pudo hacer el meta Ward en la acción, aunque quizá con un grito a su central la acción no se hubiera producido.
La segunda diana, la más evitable, llegó cuando el belga volvió a introducir el balón en su portería al tratar de despejar dentro del área pequeña un rebote en el poste tras disparo de Darwin Núñez. La inercia de su carrera a la desesperada hacia la portería, mano a mano con Salah, le jugó una mala pasada y se topó con el esférico en sus botas sin mucho margen de maniobra.