- Estadísticas del partido Así vivimos el Manchester City-West Ham
Año nuevo, City nuevo. O City viejo. El de siempre, vaya, el que todos creíamos conocer hasta el derrumbe de noviembre y diciembre. Los de Guardiola, de la mano de un Savinho espectacular, golearon al West Ham para darle a su afición una alegría con la que empezar 2025. Un 4-1 que hace las veces de promesa. "Esto es lo que queremos daros todos los días".
'O Rei Mago' se encargó de repartir unos regalos que Haaland abrió ansioso, como un niño que llevaba tiempo esperando una tarde así. El equipo de Lopetegui, después de comerse cinco goles del Liverpool en la última jornada de 2024, arranca el nuevo año con otro saco de carbón que llevarse a casa. Y eso que las sensaciones, al menos en el inicio, no fueron nada malas.
Con Summerville enchufado y el City sufriendo muchísimo en el repliegue, el West Ham tuvo dos ocasiones clarísimas nada más empezar. Pero fue a atracar el banco con un cuchillo de plástico. Kudus estuvo chupón y fallón y la puntería de Soucek tampoco andaba muy afinada.
Y claro, por muy mal que esté el City no conviene perdonarle. Porque la primera que tuvo el equipo de Guardiola fue a la jaula. Savinho dibujó la jugada, se quedó el rechace de su propio centro y puso un balón venenoso al área que tocó Coufal para despistar a Areola.
Al West Ham le entró el bajón y el City empezó a crecer, a cocinar a fuego lento las jugadas, a habitar el Etihad como más le gusta. Areola le negó el gol a Bernardo y a Rico Lewis, pero a Savinho... a Savinho no había quien le parase. Justo antes del descanso recibió la pelota, se tiró un autopase, miró al área y dijo "Ahí". Y resulta que "ahí" es donde iba a estar Haaland, que empujó al fondo de la red la bola con la cabeza, a placer.
Tras el descanso el partido se volvió a animar, pero en menos de cuarto de hora lo finiquitó el equipo de Guardiola. Savinho, otra vez en modo 'O Rei Mago', encontró un atajo por el centro para asistir a Haaland y el noruego lo agradeció con un gesto de crack, esperando que Areola se fuese al suelo para picarle la bola por encima. 3-0 con tres intervenciones del brasileño, que si no aportó en el cuarto fue porque no hizo falta, ya se encargó Kudus de regalarle la bola a De Bruyne para que cediera el gol a Foden.
Füllkrug maquilló un poco el resultado pero el West Ham de Julen huele feo. No está teniendo suerte y el calendario le está dando la espalda, pero pareció demasiado blando ante un rival que había demostrado recientemente que se le podía hacer daño. El City sigue sexto, pero esto ya es otra cosa. Es otro año, es otro City. O, como decíamos al empezar. Es el City de siempre.
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