Paliza exprés de una Real Sociedad en modo tornado

Paliza exprés y a otra cosa. La Real Sociedad activó el modo tornado en los últimos diez minutos de la primera parte para cerrar un partido que había arrancado equilibrado. Los de Imanol apretaron el acelerador a fondo para dejar al Villarreal con cara de no saber lo que estaba pasando. Cuando los amarillos quisieron reaccionar apareció Remiro para evitar cualquier opción de remontada. Marcelino acabó frustrado ante un rival que le demostró que le queda mucho, pero mucho trabajo por delante.

La primera llegada la tuvo la Real Sociedad (premonitorio). Un centro lateral de Brais lo cazó Merino de cabeza y obligó a lucirse a Jorgensen que evitó un disgusto a las primeras de cambio. Un par de minutos después fue Sadiq el que golpeó un balón con violencia y lo atrapó el arquero con seguridad. El plan de Imanol daba sus frutos en el inicio. Pero el partido no iba a tener una sola dirección, al menos, eso parecía. El equipo de Marcelino respondió con una gran combinación entre Gerard Moreno y Morales que pudo acabar el 'Comandante' (siete goles en los últimos cinco partidos).

La Real dominó y llegó con peligro casi desde el inicio y una vez entró en modo exhibición fue imparable. Zakharyan y Traoré, uno por cada banda, tuvieron ocasiones claras para adelantar a los suyos, pero el gol se resistía, hasta que llegó el tanto de Mikel Merino. Otra vez en el balón parado. Un córner perfecto lo cabeceó Merino al fondo de la red adelantándose a todos en el primer palo. Gran remate que adelantaba a los donostiarras con bastante justicia.

El Villarreal se quedó atrapado en el gol y en la siguiente jugada volvió a recoger el balón del fondo de la red. Otro córner, esta vez a la cortaacabó con Zakharyan disrando raso y duro y Zubimendi desviando casi a placer para dejar el marcador en 0-2. Los de Marcelino sintieron el hierro y antes del descanso pudieron acortar las diferencias si no llega a ser por Remiro. Una doble parada a Parejo y Gerard Moreno dejó el cero en su marcador. Un muro el arquero blanquiazul.

Con el Villarreal aún frustrado, llegó lo que se podría considerar como la sentencia. En la última jugada de la primera mitad la presión del equipo vasco volvió a dar sus frutos. Recuperación y balón en profundidad para que Kubo hiciera el tercero con la derecha. 0-3 y todos al vestuario. Una 'pana' de las buenas.

Con el partido 'resuelto', el Villarreal se dio a sí mismo la sensación de que podía equilibrar el choque. Al menos parar la sangría. Llegó en varias ocasiones el equipo de Marcelino, pero la zaga de la Real logró desactivar una tras otra las opciones en transición de los amarillos, que buscaban un gol que les hiciera creer en una remontada que se presentaba casi imposible con Remiro sacando cualquier opción. El mano a mano que le ganó a Baena fue para enmarcar. La tuvo Gerard Moreno con una picada deliciosa, pero no era el día.