Un error de Diarra condena al Alavés ante un rácano Girona

El fútbol se ceba con un Alavés condenado a penar en el descenso. En un partido feo, los vitorianos pusieron más, pero no lo suficiente para superar a un Girona que aprovechó un error de Diarra para llevarse un partido en el que mostraron su versión más rácana. Dramas propios de un equipo que aún no ha ganado con Coudet y parece condenado a pelear en el infierno de la tabla.

Comenzó el Girona mandando con su plan habitual: maniatando a su rival con una presión asfixiante, buscando profundidad con el balón y siempre intentando imponer su juego. Les duró media hora tras ello cayeron en la vulgaridad.

Un aviso de Bryan con un córner olímpico, Kerjci rozó el remate en otro córner y Danjuma golpeó al lateral de la red en su clásica jugada de disparo escorado en una jugada que propició un error en la salida de Aqbar. Esas fueron las tres opciones del Girona en 45 minutos.

El Alavés, por su parte, salió a especular, pero se quitó la presión con el paso de los minutos. El paréntesis que generó las lesiones de Jordan y Carlos Martínez por parte local y de Miguel del Girona, dio aire al cuadro de Coudet que finalizó un par de contras y vio como el VAR le dejaba sin un penalti por un ligero empujón de Arnau sobre Conechny que solo vio Busquets Ferrer.

Crece el Alavés

El tedio se mantuvo tras el descanso. El Alavés creció llegando con gente por las bandas, subiendo la línea de presión y, sobre todo, guiado por un Carlos Vicente que nunca se esconde. El Girona se olvidó de todo lo bueno que suele plantear, para perderse en errores en la salida y balones largos que desnaturalizaron su juego e hicieron crecer al equipo de Coudet.

Perdidos los de Míchel, el Alavés marró su opción más clara del partido. Contra de manual guiada por Antonio Blanco, con balón al espacio para Carlos Vicente que la puso al segundo y Conechny hizo lo más difícil cuando solo había que empujarla.

Error capital

Toni Martínez se ganó el espacio tras un gran eslalon, pero le pegó alta. Conechny, después, obligó a Gazzaniga a volar para evitar otro gol. El Girona no generaba nada desde el primer tiempo y parecía que firmaba el empate.

Faltaban los dos sustos defensivos del Alavés. Primero Owono despejó contra Stuani y casi la lía y, después, llegó el error definitivo de Diarra que no acertó a despejar en el 91', en el único error atrás del Alavés, y la dejó franca para Jhon Solís que no perdonó ante tamaño regalo. Mereció más el Glorioso, pero celebra el Girona. El descenso quema en Mendizorroza.