El Valladolid ha retomado el pulso en su lucha por evitar el descenso imponiéndose por 1-0 a un Betis indolente, que sólo fue de verdad a por el partido en unos minutos finales en los que volvió a evidenciar su falta de gol. Un tanto de Kike Pérez poco antes del minuto 60 permite a Diego Cocca sumar el primer triunfo de su etapa en el banquillo pucelano, tres puntos fundamentales con los que su equipo abandona, al menos provisionalmente, el farolillo rojo de la clasificación ante un rival que ve semana tras semana alejarse sus opciones de pelear por su quinta clasificación consecutiva para las competiciones europeas.
Cuando un equipo es colista, va de derrota en derrota y hasta equipos de inferior categoría le sacan los colores en la Copa es por cosas como la que le pasó hoy a los de Diego Cocca nada más comenzar su partido frente al Betis. Ni medio minuto había pasado cuando una presión de Kike Pérez sobre Johnny Cardoso, con un empujoncito que pudo ser falta, dejó a Marcos André en disposición de plantarse mano a mano ante Fran Vieites, el elegido para sustituir a Rui Silva. Al brasileño le cerraron rápido Altimira y Natan, pero encontró a Anuar en una posición aún mejor para marcar. Y con todo a favor, el ceutí mandó su remate fuera...
Pudo haber sido un punto de inflexión para el resto del partido, al igual que una falta lanzada poco después por Kike Pérez que Mario Martín finalizó con un gran testarazo que se marchó rozando el palo. Pero cuando un equipo entra en una dinámica tan negativa suele ocurrir que esa pizca de suerte siempre necesaria en el fútbol tampoco acompaña. Y ante un rival como el Betis, capaz de mezclar sobre el césped el talento de Isco y Lo Celso y la velocidad de Abde, lo normal es que cuando perdonas un par de buenas ocasiones claras, te acaba pasando factura. Aunque la realidad es que los de Pellegrini tampoco es que anden finos de pegada como demostraron Bakambu y sobre todo Lo Celso y Abde desperdiciando tres buenas opciones para marcar...
Los verdiblancos, hoy de amarillo y negro, tenían en Isco a su faro en ataque. El malagueño, olvidada ya la lesión que le mantuvo más de medio año en el dique seco, es ya el de siempre, con detalles de su extraordinaria calidad y una enorme capacidad para filtrar balones de peligro. Pero no podían confiarse porque enfrente, Raúl Moro, en el que tal vez haya sido su último partido con la elástica blanquivioleta (el Ajax de Amsterdam le espera), quería 'despedirse' a lo grande de su afición, ofreciendo su repertorio de arrancadas y regates. De hecho, una jugada que partió de sus botas a punto estuvo de servir para el 1-0 tras un centro de Lucas Rosa que Marcos André, en un bonito escorzo, remató fuera por poco.
El duelo, en cualquier caso, parecía inclinarse poco a poco hacia el área de Hein, más por sensaciones que por remates a puerta. Eso sí, ¿dónde estaría el Betis si contara con un delantero en racha? Se lo preguntan sus aficionados semana tras semana y seguro que también Lo Celso e Isco después de fabricar una rapidísima transición para que Bakambu, negado como de costumbre, desperdiciara la oportunidad mandando el balón a las nubes. Fue la última de una primera parte de mayor dominio visitante, pero en la que lo cierto es que pudo haber marcado cualquiera. Pólvora mojada y a refrescar las ideas en los vestuarios.
El Betis sólo reaccionó cuando lo tenía casi perdido
El segundo acto arrancó con un Valladolid tan insistente como impreciso y previsible. Para los de Pellegrini, con cerrar los caminos a Raúl Moro parecía suficiente para bloquear cualquier intento del conjunto pucelano. Para colmo, los de Cocca, que habían perdido en el descanso a Juma, veían cómo su reemplazo, Cömert, no duraba ni 10 minutos por un problema muscular. Pero cuando peor se le parecían poner las cosas al conjunto local, llegó el justo castigo para un Betis sorprendentemente contemplativo, sin la ambición necesaria para pelear por Europa. Marcos André buscó a a su compatriota Lucas Rosa a la espalda de Sabaly y el centro al área del lateral lo mandó a la red Kike Pérez desatando la euforia en el banquillo blanquivioleta y encendiendo las alarmas en el visitante.
El Ingeniero reaccionó, más vale tarde que nunca, situando a Lo Celso en el eje junto a Cardoso, dando entrada a Ruibal y Vitor Roque, y sentando a Altmira y a Bakambu, un delantero que ni de lejos da el nivel para este equipo. Pero el estado de nervios en que cayó su equipo tras el gol y la mal entendida permisividad con las faltas de Cordero Vega no tardaron en provocar frustración y desorden. Una situación que provocó una segunda rectificación desde el banquillo poniendo sobre el césped todo lo que le quedaba en ataque al técnico chileno, Juanmi y Jesús Rodríguez. Dos futbolistas con ganas de demostrar que no tardaron en generar la primera oportunidad para rozar el empate.
Ruibal lo intentó con un disparo desde la frontal tras una buena maniobra de Isco en una de las pocas jugadas antes del 90' que no fue interrumpida por algún jugador del Valladolid tirándose al césped para ser atendido. Las pérdidas de tiempo constantes tuvieron como respuesta un añadido de 10 minutos. Y ahí, en el alargue, fue cuando el Betis por fin le puso ganas al partido. Hein le sacó un buen disparo a Jesús; la zaga despejó bajo palos y un remate cruzado de 'Tigrinho'; de nuevo los centrales evitaron el empate de Juanmi tras un jugadón de Jesús por la derecha; y el canterano perdonó el 1-1 queriendo asistir cuando estaba solo delante del portero. Oxígeno para el Pucela y varapalo para un Betis que tuvo la última a la desesperada en un remate de cabeza de... ¡Vieites!
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