Si tenía prisa el Girona por salir de la mala racha de siete partidos sin ganar, más tenía el Alavés en el arranque de la jornada de sábado.
Al cuadro vasco le quema estar en zona de descenso, igualado con el Leganés que juega el lunes, y saltó a Montilivi mordiendo arriba cada control defensivo del Girona. Míchel torcía el gesto con los centros laterales y la salvaje contra de Carlos Martín en el minuto 8', 60 metros que terminaron con centro atrás y el mal tiro, centrado de un Kike García que no suele perdonar.
Mouriño no le pasaba una a Danjuma y Jordán, que las ha pasado canutas esta semana tras el penalti pseudo-Panenka de la pasada jornada, se multiplicaba en defensa justificando la confianza de Coudet: capaz en la misma jugada de cerrar una banda y luego el centro al área sacarlo en plancha. En los primeros 20 minutos el Girona no vio la bola, espeso y previsible.
En el 21' se fue al fin Danjuma solo, en el enésimo intento de pase en profundidad de Miguel Gutiérrez (cada minuto que pasa es más incomprensible que no le recupere el Madrid) pero le pegó con la derecha con el exterior y no cogió efecto la bola. Primer intento y casi único del Girona en la primera parte, aunque al menos frenó el dominio babazorro que lideraba una estadística tremenda: 10 faltas a 1 a la media hora, 13-4 en la primera parte.
En una recuperación tras presión en el 40' casi la clava en la escuadra Carlos Vicente y en la vuelta casi remata Van de Beek el centro estupendo de Danjuma, como casi Asprilla apunta entre los tres palos desde 25 metros en un gran tiro. Pero con 'casis' poco se hace y llegó el descanso con mayor sensación de dominio visitante.
La Segunda parte arranca igual
La segunda parte empezó igual, sin cambios y a los 30 segundos la 14ª falta del Alavés, ésta sobre el lateral Francés, y de nuevo sin tarjeta, casi un milagro. Y en dos minutos el primer centro lateral de Carlos Vicente con peligro. Y en tres la contra de Danjuma que tiró fuera. Un calco de lo visto en los primeros 45 minutos.
Yangel Herrera, y su primer pase picadito no lo controló Abel por los pelos, no lo remató Asprilla dentro después por otros pelos. Y Montilivi se vino arriba con esta nueva energía, pero en la contra Danjuma sacó un medio gol del pase de Carlos Martín a Kike y en el córner Abqar remató solo, en el centro del área fuera, con un frentazo digno de análisis. Martín en el 10' remató fuera en pelotazo un jugadón de Antonio Blanco y Kike... el Alavés seguía al mando de las operaciones, hasta con la primera tarjeta, la de Guridi en el 15'.
El Girona olió el malestar de la gente y en el primer centro lateral con mala leche de verdad de Miguel remató Van de Beek para que Sivera sacara con los dedos el 1-0. El mismo Miguel, con otro caño de lujo, le tiró a Asprilla un pase de esos de gol que el colombiano sacó fuera cuando debió ir dentro. Y como antes, como todo el partido, respondió el Alavés a lo grande con el 0-1, saque de portería de Sivera, centro de cabeza de Guridi y entrando en velocidad Carlos Vicente la cruza de forma inapelable ante Gazzaniga.
Míchel ya no esperó más para cambiar a tres de una tacada, porque el 0-2 lo andaba merodeando un Alavés inspirado, seguro y con ganas por las dos bandas. Entre pitos y gestos abatidos en la grada se marcharon Abel, Romeu... y entraba Stuani a intentar arreglarlo, con Arthur en la creación y Tsygankov en banda. Pero seguían las precipitaciones en ataque con el Alavés cambiando la sala de máquinas (Aleñá y Guevara) y sin ocasiones claras en contra.
A 10 minutos para el final Portu entró por Miguel y Conechny por Carlos Martín a ver qué cambio pesaba más. Y pesó el primero porque le birló un balón de trilero a Abqar dentro del área, la puso al centro y cómo no la embocó Danjuma, o no la dio Stuani es materia de Íker Jiménez. En la contra, como todo el partido, Mouriño tuvo el 0-2 a bocajarro en un córner y Gazzaniga sacó la manopla del milagro.
El Girona daba la impresión de no poder ni con tres prórrogas contra un Alavés que seguía presionando incluso por encima del 90. Espeso y con centros al área que no encontraron otra cosa que a Mouriño despejando. Merecida la victoria e importantísima para un Alavés (lo celebraron como un título en el centro del campo) que no le perdió la cara al partido nunca.
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