Manu García subió al ataque a la desesperada, marcó el tanto que daba el empate (2-2) a los suyos tras un rechace extrañísimo en una jugada de lo más rocambolesca y acabó expulsado por sus airadas protestas al ver como se anulaba el tanto por una supuesta mano que no termina de quedar clara en las repeticiones.
La victoria del Atlético Baleares le da aire de cara a los puestos de descenso y le permite igualar en la mitad de la tabla al Nàstic, con 43 puntos, ya muy alejados de los puestos de playoff de ascenso del Grupo 2 de la Primera RFEF.
