- Crónica. Bellingham asombra en San Mamés
Poco más de 24 horas después de que los cimientos del Madrid temblaran con la grave lesión de rodilla de Thibaut Courtois, la misma articulación sembró el pánico en las filas blancas al poco de empezar la segunda parte en San Mamés. Militao tuvo que dejar el partido lesionado con evidentes gestos de dolor en su rodilla y las sensaciones son muy malas. Se teme que pueda tener afectado el cruzado.
Con el partido bajo control tras los goles en el primer tiempo de Rodrygo y Bellingham, Militao fue a defender un balón que protegía Sancet. Entonces se desequilibró y su rodilla izquierda cedió.
Los gestos del central brasileño encendieron las alarmas. Manos a la cara, grito de dolor y la sensación de que la torcedura podía ser una lesión muy seria. Ancelotti, que vio la jugada con claridad, mandó rápido a calentar a Rüdiger y pidió el cambio. "No tiene buena pinta. Estamos preocupados y no descartamos nada", dijo el técnico tras el partido.
Militao salió del campo por su propio pie, pese a que la camilla entró a buscarle, pero eso en caso de lesiones de rodilla no siempre es indicativo de que no se esté ante un problema serio. En las próximas horas, el 3 del Madrid será sometido a pruebas médicas para conocer el alcance exacto del problema sufrido. Porque en San Mamés se pudo hacer poco más que colocarle hielo para rebajar la inflamación y el dolor y posponer un examen más profundo de la rodilla dañada.
San Mamés, de uñas con el Madrid desde la primera acción -sobe todo con Carvajal y Vinicius- despidió a Militao entre aplausos.