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Es difícil contar qué es lo que se siente durante los días previos a la 'vuelta al cole'. Describir esa mezcla entre nervios e ilusión que desembocan en una constante adrenalina fruto del regreso a la rutina. Delinear esas mariposas que revolotean por el estómago en busca de una salida. Estas sensaciones(mariposas incluidas) se pueden palpar al entrar al estadio Santiago Bernabéu a lo largo de esta semana. Nada más adentrarse en el templo blanco se respira ese inconfundible aroma de los instantes que preceden al ruedo del balón. Las vacaciones han acabado en Chamartín. Toca volver a la faena. Toca volver a casa.
Después de tres partidos consecutivos como visitante y nueve puntos en el casillero, el Real Madrid regresa, este sábado, al Santiago Bernabéu, 90 días más tarde de su último encuentro, para enfrentarse al Getafe de Bordalás. Para esta cita, el santuario de Chamartín se ha engalanado con sus mejores atuendos. No han querido descuidar ningún detalle y está todo prácticamente a punto y listo para el enfrentamiento contra los azulones.
Una alfombra para que vuelen los jugadores
La última novedad de Concha Espina se aprecia en el terreno de juego. Hay que echar la vista al suelo para divisar el enorme tapiz verde que luce como césped del Santiago Bernabéu. Después de transportarlo durante la madrugada del domingo al lunes dirección al estadio, los operarios estuvieron trabajando durante todo el día 28 y ya está colocado en su totalidad. En la mañana del 29 estuvieron cortándolo y regándolo con el objetivo de que esté en perfectas condiciones en su debut.
El césped fue uno de los dolores de cabeza del club blanco durante la temporada pasada. Hasta cinco veces tuvieron que sustituir la llanura del santuario merengue. Para evitar que vuelva a ocurrir, se ha distribuido el terreno de juego en varias planchas retráctiles que se esconderán en un hipogeo. Así, el estado y cuidado 'del verde' se podrá regular, y no estará tan expuesto a los fenómenos meteorológicos.
De Madrid al cielo
Si echamos la vista hacia arriba, inclinando el cuello todo lo que nos permita, distinguimos, entre los vestigios del cielo madrileño, un enorme entramado arquitectónico que conforma la nueva cubierta del Santiago Bernabéu. El techo (también retráctil) ya está preparado para cubrir por completo la casa de los madridistas y se ha estado probando durante estos días. Sobre él, además, se cuelgan dos trapezoidales pantallas en cada uno de los fondos que ejercerán de videomarcadores provisionales a la espera del definitivo de 360º.
Entre la cima y el subsuelo, se encuentran los aposentos de todos los madridistas: los asientos del 'Coliseo Blanco' (nuevos y de color azul 'navy' la mayoría). Desde allí, la afición capitalina presenciará cada una de las batallas que se librarán esta temporada. Para la de este sábado ya no quedan entradas (aunque cabe la posibilidad de que estos días se liberen algunas). Las lonas ya son historia y todas las localidades estarán disponibles. Los obreros se encuentran colocando los últimos asientos de uno de los fondos y laterales, pero aseguran que estará todo listo para el encuentro contra el Getafe.
La inauguración tendrá que esperar
A pesar de que el escenario principal esté preparado para la función, dentro de los entresijos del Bernabéu todavía quedan cuestiones por resolver y tornillos por apretar. Se espera que el templo madridista se pueda inaugurar a final de año en una ceremonia por todo lo alto.
A la salida del estadio, y a modo de última parada, se encuentra la tienda oficial del Real Madrid. Es el recinto donde va a parar el tour madridista. Allí, los aficionados circulan por los pasillos en una especie de peregrinación futbolística. Entre perchas y probadores, las camisetas de Bellingham van volando de un lado a otro. Los hijos piden a sus padres la camiseta del nuevo ídolo blanco. Todos quieren su elástica. Todos quieren 'ponerse guapos' para la vuelta al 'cole'.