En el hábitat natural de Vinicius brota la mejor versión de Rodrygo. Esa banda izquierda había sido su lugar de formación y crecimiento en Brasil hasta que, un año antes de viajar a Madrid, en Valdebebas se empezó a organizar un esquema en el que todo tendría más sentido por la banda derecha por la presencia de Vini y Hazard, que en principio iba a ser titular indiscutible tras dejar en 2019 un Chelsea que había liderado durante años. Así las cosas, el 7 convirtió su tablero de juego en su coto privado para destrozar desde ahí todo laberinto defensivo que le han ido preparando cada entrenador contra el que se ha enfrentado... y Ancelotti, que tiene claro quien es el dueño de esa parcela, no ha amagado nunca con modificar esa parte de su esquema.
"El estilo del equipo siempre favorece al que juega en la izquierda", confesó Rodrygo la temporada pasada. Algo evidente en un juego blanco que vuelca todo su fútbol en un banda que genera desequilibrio cada minuto. "Ahora todo el mundo puede decir que se encuentra mejor en la izquierda, pero para mí Rodrygo es bueno en todos los sitios. No olvidamos que marcó dos goles por la derecha en una semifinal de Champions", zanjó el italiano sobre la versatilidad de un futbolista que le facilitó su decisión final. Sin embargo, aunque lo simple es pensar que Rodrygo es el eslabón débil a la hora de dibujar el sistema... para Carlo es más simple que eso. Vinicius es el futbolista más despiadado del mundo cada vez que arranca con la pelota a pie cambiado por las dudas que genera en el rival. Se puede ir por dentro o por fuera con demasiada facilidad y su potencia en cada una de sus acciones hace el resto. Ese gran 1 vs 1 también provoca que la función en este caso de Mbappé sea diferente a la que vemos cuando juega Rodrygo. La misión del francés es la de alejarse para tratar de arrastrar algún rival y dejar así al brasileño la libertad suficiente para bailar a su ritmo.
Una conexión descomunal
En el reciente Mbappé-Rodrygo, una sociedad con la que el Madrid no contaba, pasa todo lo contrario. La facilidad asociativa de ambos futbolistas, que también tienen el colmillo muy afilado para encarar, facilita que se entiendan a las mil maravillas sobre el césped. Paredes constantes por dentro, desmarques sin estorbarse y lecturas del juego al milisegundo... son parte de una conexión descomunal que ha hecho reabrir un debate (no para Carlo) durante el tiempo de baja del 7 brasileño. Frente al Brest, también se vio ante el Salzburgo, mostraron otra vez una versión en la que todo fluye con naturalidad, como si se estuvieran leyendo la mente cada vez que el balón pasa por sus pies. Al final siempre se ha dicho que entre grandes futbolistas lo fácil es entenderse sobre el césped... y con estos dos no iba a ser diferente.
El extremo de Osaco ha suplido a la perfección a Vinicius durante las ausencias de su compatriota por sanción (dos partidos en Liga, otro en la Champions) y confirmó su gran estado de forma donde suma en su casillero particular 10 goles y cuatro asistencias en los últimos 11 partidos. Ha jugado seis partidos en la izquierda esta temporada en los que ha marcado seis goles y ha repartido cinco asistencias. Comparándolo con el otro costado, ha comenzado 14 en la derecha anotando seis goles y repartiendo dos asistencias. Los datos hablan por sí solos, así como el vínculo que han creadoRodrygo y Mbappé en una zona que tiene un dueño claro. Porque no son ni mejores ni peores, sino diferentes. Ancelotti lo sabe... como también que los otros dos le pueden aportar más en otras zonas que también tienen que ser cubiertas. De eso trata su trabajo, encontrar el sitio a cada futbolista para que el grupo sea lo más fuerte posible.
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