La única ocasión de peligro del Real Madrid en el Metropolitano en 70 minutos... acabó en el limbo. Vinicius agarró el balón tras el penalti cometido por Lenglet sobre Mbappé, lo plantó en el césped y ejecutó el lanzamiento de la peor manera posible ante un Oblak que había adivinado el lado. El balón se marchó por encima del larguero de la portería rojiblanca para desatar la locura del estadio, que respiró tras ver que el marcador no se iba a mover de ese 1-0 firmado en el segundo 27..
La primera oportunidad de Mbappé para salir al galope sirvió para destrozar en carrera a Giménez... pisar área rojiblanca para acabar cayendo al suelo tras el claro agarrón de Lenglet. El colegiado lo tuvo claro y señaló de inmediato los once metros para terminar después mostrando la amarilla al defensa (un color de tarjeta por eso del doble castigo dentro el área). Y si alguien tenía dudas sobre quien iba a ser el lanzador, por eso que explicó Ancelotti en rueda de prensa sobre una decisión que debían tomar entre Vini, Bellingham y Mbappé (y comunicarla antes de que echase a rodar el balón), el crack brasileño se hizo dueño del balón a las primeras de cambio.
La protección de Lucas y el consuelo inmediato de Jude
Antes del lanzamiento del 7, Lucas Vázquez ejerció de capitán para proteger el punto de penalti. El lateral se puso encima para evitar que algún jugador del Atlético pudiese estropear el césped donde Vini debía ejecutar el lanzamiento... y de paso aprovechó para alejar a todo aquel que se acercaba a su compañero para tratar de desconcentrarle. Su trabajo como guardaespaldas lo cumplió a la perfección... pero Vini acabaría mandando el balón a las nubes para trasladar al madridismo al disparo de Ramos frente al Bayern en una tanda de penaltis que mandó para casa al Madrid. Distinto lado, misma altura.
Tras el fallo, Jude Bellingham acudió al instante para tratar de animar a su compañero, que miraba al cielo de Madrid tratando de entender cómo había mandado el disparo directamente fuera. Golpe en el pecho y cabeza arriba que tocaba seguir remando en el Metropolitano. Antes, cuando el VAR revisaba que el penalti estaba bien señalado, Valverde se fue corriendo a la zona técnica para ser atendido por los servicios médicos del Madrid en la pierna derecha. En el banquillo, Ceballos se tapó con el abrigo para no ver el lanzamiento de su compañero... minutos después de celebrar por todo lo alto que Marciniak había señalado la pena máxima.
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