Cuanto más se acerca el objetivo del ascenso, es normal jugar más atenazado, con más miedo al error y con mucha más precaución. Cualquier error penaliza caro en un playoff tan igualado como el que disputan Alavés y Levante. Por eso el miedo a perder presidió el primer partido. En principio, mejor para el Levante, que jugará el partido de vuelta en casa y al que le vale el empate en su estadio para ascender, por su condición de tercero en la liga regular.
Casi ningún jugador se marchó de su par, quitando algún escarceo de Luis Rioja, y sólo hubo sensación de peligro cuando en los últimos minutos apareció el cansancio y se rompió un poco el partido. 0-0 y a jugársela en Valencia. Hoy se trataba de no perderlo.
El caño de Marc Pubill, cuando estaba de espaldas a portería, a Rebbach, fue lo mejor del partido. Su centro al segundo palo lo desperdició Bouldini en la que fue una de las mejores ocasiones del partido.
Joni Montiel sacó su fusil al inicio de cada mitad. Nada más comenzar el partido, su zurdazo se marchó cerca de la portería de Sivera. En la segunda mitad, su remate sí cogió portería, pero el meta del Alavés lo repelió perfectamente.
Hubo pocas oportunidades en el partido, pero tanto Sivera como Femenías tuvieron ocasión de lucirse en un par de ocasiones cada uno. Había porteros de garantías, eso quedó demostrado.
Se esperaba mucho del jugador con mayor valor de mercado de LaLiga Smartbank, pero Jorge De Frutos no encontró las condiciones para brillar. Fue un partido con pocos espacios y mucho respeto, y además el Alavés estuvo muy atento a las vigilancias. Su mejor ocasión estaba anulada por fuera de juego. En los últimos minutos, cuando el cansancio hizo acto de presencia, apareció más. Probablemente en el Ciutat de Valencia encuentre más oportunidades para brillar.
Mamadou Sylla vio la tarjeta amarilla por sacar el brazo a pasear en una pugna aérea. El senegalés peleó con la defensa del Levante, pero no se impuso casi nunca.
