España dibujó un debut soñado donde los trazos de verdadero artista los puso Rodri Sánchez, el centrocampista del Betis que en el club verdiblanco no deja de ser un actor secundario. Curioso. Los de Santi Denia, decía, pasaron por encima de Rumanía. Fueron tres pero pudieron ser, fácilmente un par más. Y ahí quedó ese sabor un tanto amargo que también deja la absoluta: falta un finalizador. O un par de ellos, ya que nos ponemos.
Y todo esto lo hizo España con Gabri Veiga, Aimar Oroz o Riquelme en el banquillo. Jugadores indiscutibles en sus clubes esta temporada. El gallego, además, con una temporada que provocará, en este mercado de verano, que se lo rifen los grandes de Europa. Así de sobrada va España de talento. Solo falta confirmar que esa calidad viene acompañada de regularidad y carácter. Si es así, la gloria en Rumanía no puede estar lejos.
Pellegrini, Rodri está para mucho más
El canterano del Betis dio una exhibición en el debut de España en este Europeo. Fue el factor desequilibrante de los de Santi Denia y el que siempre tuvo las cosas más claras. Hace tiempo que apunta maneras, se le intuye un enorme talento pero Pellegrini, en el Betis, solo nos deja verlo de vez en cuando. VIene de jugar la mitad de los minutos esta temporada y, visto lo visto, está para mucho más. El de Talayuela es uno de los grandes talentos emergentes en nuestro fútbol
Un recuerdo al 'tiki-taka'
Ese término ya casi olvidado que rodeó al juego de la selección absoluta se paseó por la mente del aficionado español cuando vio el segundo tanto de España en Bucarest. Juego al primer toque, balón de lado a lado hasta que le cayó a Miranda, que ajustó a placer. Una acción coral de muchos quilates. Jugada de memoria y una demostración de superioridad ante el anfitrión. Chapeau.
Abel Ruiz falló lo increíble
Al filo del descanso Rodri desbordó, como venía siendo habitual, para servir un centro inmejorable. Un balón raso, cómodo, al área pequeña que solo había que empujar a la red. Superado el meta rumano, y sin ningún defensa por allí para dificultar el remate, Abel Ruiz la mandó fuera. De esos errores inexplicables en el fútbol de élite.
Santi Denia da con la tecla
Estaba el partido algo atascado, aunque España amenazaba, y decidió Santi Denia hacer un retoque tras el descanso. Se quedó Arnau y entró Víctor Gómez. En su primera aparición en ataque, su centro lo remató Baena a la red. Casualidad o no, la decisión desde el banquillo resultó decisiva. Al entrenador, cuando toca, también hay que apuntarle los aciertos.