Hace un año, Marc Cucurella veía a la selección y a la Eurocopa como opciones remotas. El 17 de marzo fue llamado por Luis de la Fuente tras la lesión de Gayà. El lateral del Valencia era una certeza para el seleccionador después de que Jordi Alba, capitán de la España campeona de la Liga de las Naciones en Rotterdam en junio de 2023, dejara la selección.
Cucurella llegó a Las Rozas como respuesta a una emergencia. Fue suplente en el amistoso ante Colombia en Londres y titular contra Brasil en el Bernabéu. Y a partir de ahí, todo cambió.
La lesión de Gayà se convirtió en un asunto grave, tanto que lo llevó al quirófano. Cucurella envió señales ante los brasileños de querer meterse en la Eurocopa. Y lo logró.
El lateral del Chelsea estuvo entre los 26 elegidos por el seleccionador. En ese tiempo, se colocó por delante de Grimaldo y cuando llegó el día del debut, ante Croacia en Berlín, el nombre que el seleccionador dio para el once titular fue el suyo. Lo que Marc vivió durante la Euro parece una historia increíble si se mira ahora, un año atrás. Desde ese primer partido, su figura se convirtió en una de las referencias del equipo español. Lo que ante Croacia fue un amago, se convirtió en un clamor durante el partido contra Italia. El grito de “¡Cucu, Cucu!” explotó entre los aficionados españoles presentes en Gelsenkirchen para presenciar el vendaval español ante Italia.
Proclamado héroe nacional por su juego y su personalidad, Cucurella fue protagonista de dos momentos estelares de la Euro. Primero, la mano ante Alemania, que lo proclamó como el enemigo número uno de los germanos. Después, el pase de gol a Oyarzabal para que España fuera campeona.
Un año después, Cucurella es un indiscutible de la selección. Su figura se ha multiplicado dentro y fuera del terreno de juego. En Rotterdam afronta su partido número 14 con la selección, 13 de ellos desde la llamada de marzo de 2024.
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