FUTBOL
Opinión

El Sevilla vuelve a meterse en el túnel del sí pero no...

Arranca sin victoria en tres jornadas; juega mejor de lo esperado, pero sin ganar

El colegiado aleja a los jugadores del Sevilla tras la roja a Saúl.
El colegiado aleja a los jugadores del Sevilla tras la roja a Saúl.TOORU SHIMADA
Actualizado

Decir que el Sevilla no lo intenta es mentira. Decir que el Sevilla ha sido inferior en los tres partidos de Liga disputados, ídem. Incluso decir que el Sevilla ha encontrado un modo de jugar y que por este camino no debe estar lejos de las victorias puede considerarse una certeza. O, mejor dicho, una verdad a medias. O tres cuartos de verdad. Porque nada garantiza en este deporte los triunfos. Sólo los goles. Y los jugadores con facilidad para marcarlos. De nada vale controlar el 90% del terreno de juego si no eres capaz de concretar tus acercamientos. El antiguo valor de las áreas que sí ha tenido el Sevilla de otras épocas. Y esta historia, por mucho que me tachen de tremendista (también lo han hecho por ¿blanqueador? ¿En serio?), la he visto en no pocas ocasiones en mi vida. Sin ir más lejos, con un entrenador que el pasado año trataba de que su equipo jugase bien con la pelota. Sobre el papel. Porque sin ganar nada se sostiene. Absolutamente nada. Por eso García Pimienta parece que avanza paso a paso en su idea. Cortitos, pero seguros. Ya ha conseguido que las ocasiones de los rivales, incluso jugando fuera de casa, disminuyan. Que esa sensación de vulnerabilidad absoluta vaya desapareciendo. Le viene mejor al equipo que el hombre que salte de la defensa al centro del campo en la salida sea un central en vez de un lateral. Pedrosa estuvo más protegido. Y el Sevilla lo notó. Arriba le faltó acierto. Lukebakio las tuvo, mientras Iheanacho no está. Ya veremos para cuándo se le espera. El Sevilla suma dos de nueve. Poco para arrancar. Escaso para los merecimientos adquiridos. Y nulo para calmar a una entidad que siempre bordea el estado de desesperación. Normal por otro lado. De la Champions se ha pasado a viajar con jugadores no inscritos. Barco estará pensando que dónde se ha metido. Aunque no sea el único club con este tipo de problemas con LaLiga, no de deja de ser sonrojante. Lo malo es cuando nadie se pone colorao. La secuencia interminable de dudosas gestiones es lo que tiene, que hasta a eso te acostumbras.

Es evidente que la situación económica es catastrófica. La competición aprieta a los derrochadores y al Sevilla le toca pagar la cuenta de intentar pelear por un imposible en años anteriores. Esto no es una crítica, aunque hay techos de cristal irrompibles y más vale siempre tener los pies en el suelo antes de lanzarte al vacío sin saber que se esconde detrás de este salto. Veremos qué tiempo tarda la entidad en enderezar el rumbo. Esta temporada se están intentando poner las primeras piedras del futuro. Está por ver si son para construir un edificio sólido o terminan atadas a los tobillos del propio club. En eso manda la pelota. Y un entrenador al que veo consciente de los problemas que tiene su equipo y en qué deben insistir para que las victorias no tarden en llegar. Lo que seguro que no puede hacer es ponerle bien el pie a Sow para que remate con precisión los pases atrás dentro del área que realiza el Sevilla. Todas las jornadas copia alguna jugada así. El equipo está trabajado en la forma de atacar. Tiene una evidente falta de remate. De puntería. Esto también lo trae la ruina económica. Se ha vendido a En-Nesyri y su sustituto es Iheanacho. Habrá que valorarlo a lo largo del curso, aunque ahora mismo no le ata los cordones al bueno de Isaac Romero. Depender del canterano en la faceta anotadora es un riesgo. Ya se ha tomado. Ha dejado de ser el niño maravilla y ahora se le carga con la responsabilidad de hacer que el Sevilla gane sus partidos. Es un salto mayúsculo. Su juego lo nota.

La mejora atrás también tuvo que ver con el hecho de que el centro del campo controlase los tiempos del juego. Sambi Lokonga contagia con su presencia. Juega sencillo. Sin adornos. Se posiciona bien, ofrece líneas de pase y ayuda a que el Sevilla progrese con la pelota controlada. Justo el hombre que necesitaba García Pimienta para que su proyecto tenga la identidad que desea inculcarle. Badé-Lokonga-Isaac. Este es el esqueleto del nuevo Sevilla, al que se le rodea con diferentes roles de jugadores. Hay quien piensa que Saúl debe estar ahí. Lo está. Su misión es más complementaria y competitiva. Cometió el error de recriminarle al colegiado. Aún no se ha dado cuenta la camiseta con la que ahora compite. Algo así le sucedió a Sergio Ramos. No hace falta explicar mucho más. Todos nos entendemos de sobra. Y digo complementario porque cuando se colocó como organizador, el Sevilla sufrió. También por sacar a Juanlu en un momento de partido donde se podía sufrir. No hay nada peor que un experimento que un día sale bien. El canterano tiene condiciones de llegador, pero ni controla el juego, ni ayuda a cerrar bien los espacios en pasillos interiores. Su llegada a portería no compensa lo que no aporta en una posición clave. Al entrenador le toca experimentar y afianzar un once que juegue de domingo a domingo agarrando la sana costumbre de ganar. Hay que ganar. El único camino que solidifica un proyecto construido sobre un terreno arenoso. El sí pero no vale para el primer mes. No es eterno. Nada lo es.

Sevilla El Sevilla vive en una realidad paralela
Sevilla Ya lo han conseguido: el Sevilla es un equipo de mentira
Sevilla Qué digo ya de ti, Jesús

Comentarios

Danos tu opinión