El Real Zaragoza ha bajado de la nube en la que se encontraba desde el comienzo de la temporada. Las cinco primeras victorias habían tapado un fútbol que ha ido decayendo con el paso de las jornadas. El liderato estaba ocultando algunos problemas que han sido más evidentes en estos tres choques sin ganar.
Los maños tienen ahora las primeras dudas del curso después de sumar uno de los últimos nueve puntos y perder el primer puesto. Lógicamente, la actual situación la hubiera firmado todo el zaragocismo en agosto, pero también es verdad que el equipo lleva un mes emitiendo señales preocupantes.
Fran Escribá tampoco está acertando con sus decisiones. Obcecado con el mismo sistema, el Real Zaragoza no funciona con el doble pivote y pide a gritos volver al rombo. Marc Aguado, clave en el comienzo, se ha caído del once y Maikel Mesa, el mejor llegador de la plantilla, pierde todas sus virtudes en la banda. Todo ello está provocando una falta de gol que parecía solucionada con los refuerzos y el perfecto inicio.
Bajas
Las bajas de Carlos Nieto y Francho Serrano también han perjudicado a los aragoneses. Los dos canteranos eran piezas claves y el técnico valenciano no ha encontrado una solución a sus ausencias. El conjunto maño ha perdido su identidad, no crea fútbol en el centro del campo y le cuesta mucho llegar a portería. Y el factor suerte le ha abandonado. De hecho, ante el Mirandés no mereció perder pero la fortuna cambió de bando.
Ahora, afrontan una semana con dos partidos ante dos rivales que tampoco atraviesan un buen momento, pero van a confirmar si esta racha negativa se queda en un bache o el Real Zaragoza se adentra en su primera crisis. Escribá está obligado a cambiar de una vez si quiere que los resultados sean diferentes. La afición mantiene la ilusión pero necesita volver a creer en un estilo que lleva varios partidos sin aparecer.
