En una de las disciplinas más tiernas del programa olímpico, la canoa femenina, Antia Jácome y María Corbera, subcampeonas del mundo el año pasado en Duisburgo (Alemania), fueron sextas en C2 500 metros. Las españolas, que se mantuvieron en los primeros metros entre el grupo de las medallas, tuvieron un pinchazo en la parte final que les llevó a perder más de dos segundos con las canadienses McKenzie y Vincent, que fueron bronce.
El viernes salió agitado, soplaba a casi 20 km/h y rachas de 35, en Varies sur Marne, el campo de regatas del piragüismo olímpico. A Antía y María les recordaba cuando entra el viento en Lago Esperanza, en Alcudia, olas incómodas, olas que curten. Son un rara avis en esto de las canoas. Las dos palean por la izquierda, algo poco ortodoxo, pues el mezclarse diestra y zurda ayuda a mantener más recta la embarcación sin la necesidad de tener que corregir con el remo, movimiento que tienen mimetizado. Polonia llevaba dos diestras y Cuba, otras dos zurdas. Con el viento que entraba, Jácome y Corbera peleaban contra una tortura.
La pareja española había sido segunda en la semifinal, alejadas de las chinas Xu y Sun, que eran intocables. Además del oro en Tokio, habían ganado los tres últimos mundiales. En este deporte, donde da igual las condiciones, lo que funciona es el 'japónes' (el cronómetro), que diría el difunto Suso Morlán, los favoritos suelen ganar. Metieron casi un segundo y medio a las ucranianas Luzan y Rybachok.
Salieron a buen ritmo. Pasaron los 250 (56.15) a apenas ocho centésimas de las polacas, con las que discutían la tercera plaza. Hungría y Ucrania iban casi a un segundo, guardándose para el final, que con tanto viento a favor endurece el agua a la hora de meter el remo y hace agónicos los últimos metros. Rebasado el ecuador, comenzaron los problemas. Terminaron marcando 10 centésimas más que en las semifinales, donde se habían dejado ir en los últimos metros.
Séptimo oro para Carrington
Mientras, en K-2 500 femenino, donde la embarcación española de Sara Ouzande y Carolina García volcó al final y no concluyó la final B, el título fue para Nueva Zelanda con Lisa Carrington y Alicia Hoskin. Es el séptimo oro para la primera, leyenda de su deporte.