"Nuestro deporte es muy mental y cuanto más preparados estemos, mejor. Todo suma", dice Elia Canales. La arquera española, igual que Pablo Acha, medita 10 minutos antes de cada sesión de tiro y también cinco minutos después, al acabar. Fue Elías Cuesta, el seleccionador, quien se dio cuenta de la importancia de la parte mental. "Llegados a cierto nivel, el deportista no va a rendir más porque sea mejor técnicamente sino porque sepa gestionar bien la situación de la competición, sus problemas personales fuera del campo de tiro, que sepa concentrarse cuando es un momento importante... Eso si no lo entrenas en la competición no te va a salir", confiesa Elías Cuesta a MARCA.
Por eso, se llevó a los arqueros al Monasterio de Santa María de Bellpuig de les Avellanes (Lleida) cuatro días en los que permanecieron en silencio y en los que dedicaban ocho horas al día a la meditación. "Fuimos a un monasterio para prepararnos y nos enseñaron a estar en el momento presente, a meditar y en cómo mantener el foco en nuestro objetivo y centrarnos en los que depende de nosotros", explicó Pablo Acha en la rueda de prensa del tiro con los enviados especiales a París.
"Al principio hacíamos meditaciones guiadas. Ahora visualizamos mucho. Tenemos recursos para visualizarnos entrando al campo, tirando... para que cuando llegues a la competición no te dejes llevar por esos estímulos externos", recuerda Elia Canales.
Tirar con ojos tapados, ruidos y echándoles agua
En las dos últimas semanas, Cuesta les ha puesto en todo tipo de bretes para trabajar la concentración. "Hemos tirado hasta con los ojos cerrados para llegar muy preparados para que cualquier cosa que pueda haber o surgir no nos distraiga", confiesa entre risas Elia. "Y nos echaba agua y hacía ruidos porque en el campo de las finales va a haber un montón de cámaras que hacen ruido. Estas dos últimas semanas nos hemos centrado en trabajar las distracciones externas", explica Acha. Además, va a haber 8.000 personas en el campo de tiro olímpico, récord de asistencia en unos Juegos.
Conscientes de que el tiro con arco español no gana medalla desde Barcelona 92, ni Elia ni Pablo sienten presión. "El tema de las medallas no depende de nosotros pero sé que si mantenemos nuestro foco en nosotros y en nuestro objetivo podemos sacar muy buenos resultados", dice Acha. "Llevamos años ganado medallas a nivel internacional y aquí es una competición que tiramos con los mismos. Nuestro objetivo es ganar, pero como el de todos. Las medallas no dependen de nosotros. Estamos pendiente de lo que podemos controlar. ", añade Canales.
Trabajo de vista y de coordinación con pelotas de tenis
Al trabajo mental se une también el físico. Una parte fundamental en el tiro con arco es trabajar la vista y los reflejos. De ello se ha encargado este ciclo el preparador Antonio Carmona, que fue implementando ideas de neurociencia.
La parte meramente física la trabajan, sobre todo, con "tareas de tracción, con remo en el gimnasio y voy controlando la carga de los ejercicios. Cuando tiran con arco lo hacen con un solo miembro, uno empuja y otro tira. Normalmente en el gimnasio pongo la misma tarea para los dos brazos y se va corrigiendo con el tiempo. Analizo articulación por articulación qué rango de movimiento van fallando más y hacen ejercicios específicos para añadir esa falta de asimetría", explica a MARCA.
Un arco pesa entre 3 y 4 kilos, por eso la mayoría de trabajo de fuerza la hacen con pesas en el gimnasio. Hacen ejercicios con dos manos como a una mano para mejorar esa asimetría e incluye piernas "para que tengan más estabilidad a la hora de rotar, que el tronco esté fijo y sólo roten con el torso. También andan mucho hacia la diana y tienen que estar mucho tiempo de pie", explica.
Carmona vio que se quedaba corto con la parte de fuerza y por eso decidió incluir una parte de neurociencia. "Es muy importante la visión, trabajamos con movimientos de la cabeza y los ojos dando un sentido a las habilidades óculo-manuales. Necesitan movimientos muy precisos para tirar con el arco. Cuanto más precisos, más fácil es dar a la diana. En el calentamiento, para trabajar la coordinación de manos lo hacemos con las pelotas de tenis o el Spikeball (mezcla entre voleibol y frontón en el que la pelota se golpea con la mano hacia una red redonda que actúa como terreno de juego).
"Sirve para tener coordinación óculo-manual y estabilidad en el movimiento cuando están en una situación fija. Por ejemplo, les tiro dos pelotas a la vez para que las cojan con las dos manos a la vez, algo que es complicado porque tienen que disociar una mano de la otra. Haciendo círculos hacia la derecha o izquierda pasándose la pelota, o mientras que uno la lanza a la derecha, el otro hacia la izquierda. La pelota de tenis es algo fácil de llevar en la mochila y las puedes llevar a todas partes", explica. Las han traído a París.
En cuanto a la vista, calientan visualmente con unos sticks. Se los colocan en diferentes posiciones (como se ve en la imagen) porque "una parte del arco tiene como una pestañita, que es el clicker, que es donde la flecha antes de salir pasa por ahí y en cuanto la pestaña toca el arco, la flecha sale disparada. Ellos tienen que mirar antes de disprarar a ese clicker para saber si tienen la flecha cerca y tienen que desviar la mirada al clicker y eso se llama convergencia y divergencia.Tienen que cambiar la distancia del ojo en cuestión de segundos. Con ese objeto, miramos siempre a un sitio y después al otro lo más rápido que pueda. También hemos ido a clínicas de oftalmología y hacen ejercicios específicos", añade.
Preparación milimétrica para conseguir una medalla que acabe con la sequía olímpica del tiro con arco 32 años después.
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