Empezaba el último baile de Pablo Herrera y Adrián Gavira, juntos, en unos Juegos Olímpicos. París será la última sede que vean juntos al voleyplayista con más Juegos Olímpicos a sus espaldas desde que debutara en Atlanta 2004. Una experiencia que podría marcar la diferencia, pero que sin embargo lo hizo el saque de la pareja neerlandesa formada por Stefan Boermans y Yorick de Groot. Un partido muy igualado que se decantó por pequeños detalles en los instantes finales.
Del arranque pletórico al final con problemas
Pablo Herrera empezó el partido marcando territorio. Hablando el idioma de los deportistas, lleva mucho a sus espaldas y ese primer punto servía para poner firme a los neerlandeses, aunque pronto iban a soltar los nervios y dominar el partido. El partido iba encaminado a tener dominio español, pero un punto que hubiera supuesto el 7-9 cambió el partido. El challenge entró, Adrián Gavira había tocado la red, y eso permitió que se fueran creciendo poco a poco en el partido. Sobre todo Stefan Boermans, que no paró de meter en problemas el ataque español con sus 204 centímetros.
Y no tardaron en arrancar. Pronto se iban a poner con tres de diferencia con ese 11-14. Stefan Boermans cogía los balones en alto para impregnarle una potencia inmensa a la diagonal larga y buscar las cosquillas a la defensa española. Eso, unido a la capacidad resolutiva de Yorick de Groot hizo que fueran ampliando esa diferencia hasta llevar el partido al 15-21 que les permitía sumar el primero.
Un cambio que no llegó a consumarse
Habían caras serias en el semblante de Adrián Gavira. No es habitual verle con problemas en la recepción y estaban sufriendo mucho en el side out. Había que resetear la mente e intentar centrarse en mejorar aspectos pequeños del juego y eso pasaba por no separarse del marcado. El segundo set arrancó con el propio deportista de Cádiz metiendo varios bloqueos que le permitían mantenerse cercano a los neerlandeses. Aunque algo fallaba.
Y llegó el momento en el que estiraron el marcador hasta poner una diferencia de 11-15 que hizo que los españoles pararan el partido. Una pausa que dejó destellos de lo que podría haber sido una remontada ya que recortaron hasta el 13-15 a base de acierto en el saque y el propio bloqueo. Una diferencia que regresó con la misma velocidad que llegó y devolvió al marcador el 14-18 para finalizar un final calcado con el 15-21.