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Ricardo Prasel fue una vez una de las grandes promesas para guardar la portería de Brasil. Formado en el Atlético Paranaense, con apenas 18 años uno de los grandes de Europa se fijó en este guardameta de dos metros de altura, que decidía hacer las maletas para poner rumbo a Londres para incorporarse al Chelsea de José Mourinho.
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Prasel aterrizaba en Stamford Bridge con el cartel de gran promesa en un equipo con Petr Cech y Henrique Hilario como principales rivales en la portería 'blue'. Prasel se ganaba su primera ficha como profesional como tercer portero del conjunto londinense, aunque apenas contó con oportunidades para defender la portería del equipo inglés.
Drogba y Ballack se quedaban conmigo tras los entrenamientos. No se perdían ni un día. Drogba era simplemente imparable
El cancerbero brasileño, sin embargo, no perdía la confianza en sus posibilidades y tras los entrenamientos le pedía a Michael Ballack y a Didier Drogba que se quedaran con él tirándole faltas y penaltis. "Era increíble. No se perdían ni un día. Drogba era simplemente imparable", confiesa Prasel más de 10 años después al rotativo alemán Bild.
Una lesión en la cadera le impidió continuar en el conjunto inglés y tras un año apartado de los terrenos de juego volvió a intentarlo en el fútbol belga. Pero su cadera no estaba interesada en seguir tirándose al césped, así que Prasel decidió colgar los guantes y cambiar de vida completamente.
Cambió el césped por el ring
Aficionado al jiu-jitsu ("Me ayudaba a mantenerme en forma y con los dolores en la cadera"), Prasel comenzó a valorar la posibilidad de ganarse la vida peleando y lo hizo por muchas ligas de combate en Brasil, donde se convirtió en especialista en MMA. De hecho estuvo a punto de llegar a la UFC, pero renunció tras perder un combate en 2019, asegurando que todavía no estaba preparado.
Ahora Prasel, tres años y algunas peleas más tarde, quiere intentar entrar en la KSW, la liga de MMA más importante de Europa, donde es más conocido como 'El Alemán' por la nacionalidad de su padre. Con un récord de 11 victorias y tres derrotas el que fuera un día portero del Chelsea ahora ya no tiene que detener las faltas imparables de Drogba sino las patadas y los puños de sus rivales. Les tiene menos miedo.
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