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Fernando Alonso no para ni en vacaciones. Es sabido por todos que el asturiano es un apasionado de su trabajo, y siempre que puede aprovecha sus ratos libres sin competición para seguir pilotando, ya sea en alguno de sus karts o en algún monoplaza especial. En este parón tras completar la temporada 2024, el de Aston Martin se ha puesto a los mandos de un coche que fue conducido ni más ni menos que por Ayrton Senna.
Tras terminar la última carrera en Abu Dhabi de la temporada más larga de la historia de la Fórmula 1, el '14' parece que se ha quedado con ganas de más. En pleno auge de la figura de la leyenda brasileña por la salida de su documental en 'Netflix', el español le ha rendido un homenaje. Para ello se ha vestido con su característico mono rojo y se ha subido al McLaren MP4-5B.
Alonso se pone en la piel de Senna
El ovetense ha confesado en varias declaraciones que el de Sao Paulo ha sido uno de sus ídolos y referentes dentro del mundo del motor. Ambos saben lo que es proclamarse campeones del mundo en la máxima categoría del automovilismo, el de Brasil lo hizo en 1988, 1990 y 1991, mientras que Fernando hizo lo propio en la temporada 2005 y 2006. Ahora, en el año en el que se cumplen 30 años del fallecimiento del legendario corredor, el asturiano se ha subido a uno de sus monoplazas.
Esto ha sucedido en Aragón, en el circuito de Motorland donde tiene lugar el Gran Premio de MotoGP, y lo ha hecho en un día que ha pasado junto a su gran amigo Zak Brown. El CEO de McLaren y el piloto de Aston Martin tienen una muy buena relación del tiempo que trabajaron juntos y se han unido en este periodo de descanso de la F1. El estadounidense compartió en sus redes imágenes y vídeos de su día en territorio aragonés: "Se acabó la temporada, así que es hora de divertirse en la pista en España con Fernando Alonso".
Esta no ha sido la primera ocasión en la que Alonso ha tenido la oportunidad de subirse a uno de los monoplazas de Senna, pues ya lo hizo cuando fichó por los de Woking. En aquella ocasión, se puso a los mandos del MP4-4 de la temporada 1988, coche con el que el brasileño se hizo con el primero de sus tres títulos mundiales. Esta vez se ha subido al MP4-5B, el cuál fue el encargado de llevar a lo más alto en 1990 al legendario corredor, y ha utilizado hasta su mono rojo.
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