- Cambio. Tsunoda, nuevo compañero de Verstappen en Japón; Lawson fuera
- Porvenir. Checo Pérez, en la 'pole' de Cadillac
- Estadística. Liam Lawson tiene la oportunidad de reivindicarse en la casa de Yuki Tsunoda
En 2021, Red Bull se embolsó el Mundial de pilotos gracias al impresionante despliegue de Max Verstappen, quien fue capaz de doblegar a Lewis Hamilton. El competidor neerlandés se llevó el título in extremis tras vencer al heptacampeón en la (polémica) carrera final disputada en Abu Dhabi.
A partir de ahí se abrió un ciclo virtuoso para los de Milton Keynes en el que monopolizaron todos los títulos en liza. Hasta que llegamos a 2024. Y ahí empezaron los problemas para la escudería austriaca. Recordemos que el curso pretérito (2023), Red Bull se adueñó de 21 victorias de 22 posibles (sólo les ganó Carlos Sainz en Singapur; y, dicho sea de paso, en 2022 ya se habían apoderado de 17 triunfos en 22 grandes premios disputados). Al año siguiente, Max cogió carrerilla, pero en el ecuador del certamen su dominio se esfumó. En el nuevo orden jerárquico, McLaren se convirtió en la fuerza más poderosa de la parrilla. A la postre, el cuadro de Woking conquistó el Campeonato de Constructores, pero la estrella de los Países Bajos se las ingenió para apropiarse de su cuarto entorchado consecutivo. Su pericia le sirvió para noquear a un Lando Norris que no supo extraerle todo el jugo a un coche superior (el McLaren MCL38) al que conducía Max (el RB20).
Un año convulso
Sea como fuere, en 2024 pasó de todo en el equipo de las bebidas energéticas. Christian Horner, jefe de Red Bull, fue acusado por una empleada de presunto comportamiento inapropiado. Verstappen estuvo en boca de todos por su posible salida en dirección a Mercedes o Aston Martin. Se marcharon dos indiscutibles referentes como son Adrian Newey y Jonathan Wheatley. Ficharon a Daniel Ricciardo para RB y luego lo fulminaron para poner en su lugar a Liam Lawson. Y para cerrar el círculo se cargaron a Checo Pérez después de que terminara el certamen.
Precisamente, el mexicano, al que le enseñaron la puerta de salida a pesar de que tenía contrato, está en el origen del problema actual. Red Bull decidió subir a Lawson para acompañar al despiadado Verstappen. Un error que han pagado muy caro en el inicio del campeonato. Tanto que los rectores del conjunto austriaco han decidido prescindir del neozelandés a las primeras de cambio. Será reemplazado por Yuki Tsunoda en Suzuka.
Una trituradora de pilotos
Es el enésimo tsunami en una escudería acostumbrada a las decisiones contundentes. Helmut Marko, asesor ejecutivo de Red Bull, es implacable y lo cierto es que a nadie le sorprende que pasen estas cosas en un cuadro que parece una auténtica trituradora de pilotos.
En los últimos tiempos han sido muchos los que no han sobrevivido a este nivel brutal de exigencia. Y eso que, en muchos aspectos, los de Milton Keynes son una escuadra modélica. Ahí están los resultados para corroborarlo. Y no es menos cierto que acertaron de pleno con el fichaje de Verstappen, al que captaron cuando era un diamante sin pulir. Pero en la última década han sido víctimas de esta política intransigente pilotos del calibre de Carlos Sainz (2015-2016), el propio Ricciardo (2016-2018), Pierre Gasly (2019), Alex Albon (2019-2020) o el mencionado Checo Pérez (2021-2024).
En estos momentos, Red Bull es el cuarto equipo de la F1. Su coche es menos veloz que los de McLaren, Ferrari y Mercedes. Sólo la magia de Max (segundo en la general de pilotos con 36 puntos) les está salvando de lo que en condiciones normales sería un naufragio en toda regla. El colmo de los males podría suceder si Lawson a los mandos del RB supera al promocionado Tsunoda (una decisión que hace feliz a Honda) en el trazado nipón. Y a tenor de lo visto no es un escenario que sea descartable.
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