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Desde que se hizo real el desembarco de Adrian Newey, el ingeniero más laureado de la historia, en un Gran Premio con Aston Martin, su nuevo destino, hay un importante debate instalado sobre el equipo de Silverstone: ¿serán candidatos desde el primer momento en 2026? ¿O son reales las sospechas del gurú de Stratford-upon-Avon y queda (mucho) tiempo?
La pregunta será legítima hasta que el futuro AMR26 ruede en el próximo curso. Uno en el que se debe negociar con todos los cambios desde el test invernal de Barcelona, la pretemporada oficial y un 2026 que empezará en Australia. Pero lo seguro es que el equipo verde ha aceptado el reto de Newey o es lo que dejan caer desde otros de sus hombres fuertes.
"¿Nos va a llevar dos años estar ahí? No, no será así. ¿Adrian [Newey] provoca a la gente? Sí. Como también hacen Lawrence [Stroll], Fernando [Alonso], Lance [Stroll] o yo mismo con otra gente dentro de la organización", cuenta Andy Cowell, jefe de Aston Martin, al podcast de James Allen. Es un mensaje claro en el que se puede entender que Newey retó al equipo y que podrían estar más que preparados para la hoira de la verdad.
¿Nos va a llevar dos años estar ahí? No, no será así. ¿Adrian [Newey] provoca a la gente? Sí. Como también hacen Lawrence [Stroll], Fernando [Alonso], Lance [Stroll]
Newey, paralelamente, no es alguien que tienda a casarse con figuras relevantes de los equipos. Dice lo que ve y piensa, y eso puede ayudar a Aston Martin. "Todo lo que hacemos es mejorar lo que necesita ser mejorado. Adrian piensa igual. Lo mejor es que conoce al nivel al que debemos llegar, así que coloca mínimos muy altos. Nos coloca mínimos duros y todo esto irá de llegar lo más rápido posible hasta ahí", apunta Cowell.
Nos [Newey] provoca. Nos dice que tardaremos dos años en conseguir cosas importantes. Y todo el mundo en la fábrica quiere demostrarle que tardaremos menos
El jefe de equipo va mucho más allá. Considera a Newey como un elemento que revoluciona al equipo desde la palabra para encontrar el salto de Aston Martin. "Nos provoca. Nos dice que tardaremos dos años en conseguir cosas importantes. Y todo el mundo en la fábrica quiere demostrarle que tardaremos menos", relata Cowell. El reto está aceptado, aunque la pista, como siempre, es la que decide si las intenciones se convierten en hechos reales.
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