Las aguas bajan muy turbias por Red Bull. Verstappen no está contento con el coche, pero, sobre todo, el despido de Lawson tras sólo dos carreras ha provocado un terremoto en la escudería austriaca. Y lo curioso es que es el campeón neerlandés quien se ha manifestado sorprendentemente en contra de la decisión de su propio equipo.
Max ha apoyado el duro mensaje de otro piloto, compatriota suyo, contra Red Bull. Un mensaje en el que se habla de acoso al piloto neozelandés y de una decisión muy precipitada al echar a Lawson.
Verstappen podría mantenerse al margen de todo lo sucedido, pero ha decidido posicionarse con los que critican con dureza la actuación de Red Bull con Lawson. Habrá mucha gente que destaque la valentía del campeón, pero yo, en cambio, lo que resalto es su traición a Checo Pérez.
Tras cuatro temporadas juntos, Max jamás ha mostrado su apoyo al mexicano. Es más, su padre Jos se ha significado por sus críticas a Sergio durante todos estos años. Y todos saben que la opinión de Verstappen es clave para Red Bull. En el adiós de Checo hubo frialdad, todo lo contrario que ahora con Lawson.
Para mí, después de que a Checo lo traicionara Red Bull con la forma de echarle, ahora también lo ha hecho Verstappen con su actitud con la salida de Lawson. Está muy claro que él prefiere en el segundo coche a alguien que no le haga sombra. No quiere rivales y sí pilotos cómodos para sus intereses. Por eso ha visto con otros ojos el despido de Lawson. Con Checo ni se inmutó.
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