Max Verstappen perdió los papeles en el Gran Premio de España y eso provocó una sanción que finalmente le condenó al décimo puesto y a lograr un solo punto, su peor resultado en los últimos ocho años, pero no fue lo único desastroso para Red Bull en Barcelona. Tsunoda, una vez más, tampoco puntuó. El japonés fue decimotercero completando otra mala actuación. En siete carreras con el coche que pertenecía a Checo tiene el dudoso honor de haber conseguido cuatro ceros. En total siete puntos con Red Bull. Un desastre.
Habría que revisar los datos para saber cuándo fue la última vez que Red Bull sólo consiguió un punto con sus dos pilotos en un Gran Premio, algo impensable en años anteriores. Nadie puede discutir ya que la decisión de prescindir de Checo fue un error clamoroso. Ahora habrá que oir tanto a Verstappen, como a Helmut Marko, el principal instigador del desastre, y, por supuesto, a Red Bull, que va camino del fracaso esta temporada. De momento, el Mundial de Constructores parece ya una utopía salvo debacle de McLaren.
Sin Checo han salido perdiendo todos en Red Bull. Verstappen porque ha perdido a un compañero que en muchas ocasiones fue importante para que él ganara y poner tierra de por medio con sus rivales. Helmut Marko porque ya no tiene a quien echarle la culpa de los malos resultados y, por último, Red Bull porque perdió a un gran piloto, fiable y con una gran experiencia. Uno de los mejores del Gran Circo.
Un año que, de momento, es un esperpento, con cambios de pilotos, decisiones equivocadas y el Mundial de pilotos y el de constructores cada día más lejos. Lo dicho, un desastre y Checo no es el culpable.