A un paso de ser inmortales. La leyenda de los Kansas City Chiefs y de su mejor jugador (también el mejor de la liga) Patrick Mahomes es apabullante y va camino de romper todos los récords. Tumbaron a los Buffalo Bills (32-29) en la final de la Conferencia Americana y jugarán su tercera Super Bowl seguida. Buscarán el tercer título consecutivo, algo imposible de repetir, en una final de alto voltaje contra los Philadelphia Eagles.
La Super Bowl LIX (10 de febrero, 00:30) del Caesars Dome de Nueva Orleans será una reedición de la de 2023. Y todo lo vuelve a acaparar Patrick Mahomes, que no dejó a los Bills romper su hegemonía en la final de conferencia del volcánico Arrowhead. Fue lo esperado, un duelo de favoritos decantado por detalles. Aunque son esos los que siempre dan alas a Kansas City.
La batalla entre Mahomes y Allen fue un juego de ajedrez. Los Bills se repusieron a un primer tiempo en el que Mahomes embistió tanto en el inicio de partido como justo antes del descanso, donde los Chiefs volverían a tener posesión. Pero Allen, que sigue sin probar la Super Bowl, sacó su láser. En el sitio y con la fuerza necesaria para que no hubiese ruptura (21-20).
Y exigió a los Chiefs. Con una secuencia brutal en las que combinó en carrera como James Cook para entregar el mando a Buffalo. No cambió el semblante de los Chiefs, ni tampoco la magnífica respuesta de Curtis Samuel en el último cuarto que igualaba 29-29.
Porque regresó la otra pata del éxito de Kansas City. La de trabajar cuando el talento no aparece. En los cuatro minutos finales se granjearon un Field Goal que les costó una infinidad, y Harrison Butker, el pateador que jamás ha fallado en los últimos cuartos de Playoffs, colocó en ventaja a los campeones. Devolvió la papeleta a Buffalo, que volvió a estamparse con sus miedos. Los de quedarse en un pase imposible desde su 40. Los Chiefs vuelven a la Super Bowl.
'Fly Eagles Fly
Y, en frente, estará una melodía que se conoce de memoria. La de “pensábais que estaba acabado” del rapero local Meek Mill. La de un equipo que fue campeón en 2018 con un milagro contra Tom Brady. La que volvió en 2023 y rozó el título. Son los Philadelphia Eagles, que lograron el billete de la Nacional tras destrozar (23-54) a unos Washington Commanders todavía con dientes de leche para un partido así.
Duró, realmente, el primer tiempo. Lo que tardó Philadelphia en encender su máquina perfecta sustentada en el juego de carrera. Saquon Barkley fue un cohete tomando yardas y acercándose al peligro, y Jalen Hurts jamás dudó desde el quarterback. Washington sí pudo contestar en el inicio con McLaurin (12-14), pero allí Philadelphia despegó.
En dos minutos sumó 14 puntos. Un fumble de Washington ayudó, y Hurts conectó con AJ Brown. Los Commanders perdían ritmo (12-27) y ya no se volvieron a pegar. Totalmente batidos por las 15 carreras que generaron118 yardas y tres touchdowns de Barkley y las 10 de Hurts con solo 16 yardas… pero tres anotaciones.
Estará en la Super Bowl. Contra los Chiefs en Nueva Orleans, que coronará a un campeón en la gran fiesta del fútbol americano que no viven desde la temporada 2012-13 cuando los Ravens ganaron en una final recordada por un apagón en el sistema eléctrico del Caesars Superdome.
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