ELA: ¿Por qué se llama enfermedad de Lou Gehrig y quién fue?

Es realmente singular que una enfermedad adquiera el nombre de un paciente, y mucho menos frecuente que este sea un deportista famoso. Habitualmente la mayoría de las patologías que usan un nombre propio suelen estar asociadas al investigador que las describió, como ocurre en el caso del Parkinson o Alzheimer. En otras ocasiones podemos encontrar referencias culturales o mitológicas como ocurre en el complejo de Edipo o el síndrome de Diógenes. A este tipo de términos se les denomina epónimos. Por ejemplo, la trisomía del cromosoma 21 es comúnmente conocida por su epónimo como síndrome de Down (por el investigador John Langdon Down).

Curiosamente este también es el caso de la ELA. La enfermedad también es conocida como síndrome de Charcot, en honor a Jean-Martin Charcot, neurólogo francés que describió la enfermedad por vez primera en 1869 y es considerado uno de los padres de la neurología clásica. La hegemonía de las publicaciones científicas americanas, y la cultura popular, hicieron que la referencia fuese apartando el nombre francés en favor del deportista.

La globalización y estandarización de la nomenclatura científica ha hecho que esta costumbre se haya perdido y en la actualidad se prefiere no utilizar epónimos en la terminología médica. No obstante, muchos conviven hoy día y podemos haberlos escuchado en el vocabulario médico habitual. Por ejemplo, la citada enfermedad de Alzheimer, el reflejo de Babinski, el signo de Murphy o de Trousseau entre otros muchos.

El dorsal 4

Nacido en Nueva York, Henry Louis Gehrig (1903-1941), logró convertirse en una leyenda del béisbol. Gehrig se unió a los Yankees de Nueva York en 1923 y permaneció en el equipo hasta que la enfermedad lo apartó en 1937. Consiguió seis veces ser campeón de la Serie Mundial, siete ser All Star y dos veces MVP de la Liga Americana. Fue compañero de otras leyendas de la época dorada de los Yankees como Babe Ruth y, más tarde, Joe DiMagio. El 4 de Lou Gehrig fue el primer número en retirarse en la historia del béisbol.

El Orgullo de los Yankees

En 1942 Gary Cooper protagonizó la película El Orgullo de los Yankees. El film, dirigido por Sam Wood, obtuvo un Oscar y diez nominaciones. Varios compañeros de equipo, como Babe Ruth, aparecieron interpretándose a sí mismos. Está considerada una de las mejores películas biográficas motivadoras de la historia. El discurso de despedida en el estadio de los Yankees está considerado uno de las frases más icónicas del séptimo arte. En esta intervención se rescata la sentencia final que el propio Gehrig pronunció en la realidad: "Hoy me considero el hombre más afortunado en la faz de la Tierra".