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El león Sergio Garrote da un zarpazo en París: ¡oro en la crono!

Primera medalla en esta edición y tercera en Juegos tras su oro y plata en Tokio. España suma ya 27 medallas en París

Sergio Garrote dio una exhibición en la crono de París.
Sergio Garrote dio una exhibición en la crono de París.E
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Cuando en 2001, Sergio Garrote se produjo una lesión medular por un accidente laboral se preguntó el por qué. Tiró sus bicis, pero después encontraría en la handbike, bicicleta propulsada por los brazos en lugar de las piernas, una segunda oportunidad. Veintitrés años después, el ciclista catalán es imparable en ciclismo. Por segundos Juegos consecutivos se ha proclamado campeón paralímpico en la crono, en la categoría H2, y mañana puede lograr otra en la crono. Con las cuatro de hoy en la crono (oros de Ten y Garrote, plata de Santas y bronce de Ramos), España suma 29 medallas a las que hay que añadir la del tenis de mesa de Ander Cepas, que sólo queda por definir el color.

A sus 45 años, Garrote brilló en el circuito de 14,1 kilómetros de Clichy-Sous-Bous, un municipio a 15 kilómetros de París con 30.000 habitantes. En el paso intermedio, ya sacaba más de 11 segundos de ventaja al francés Florian Jouanny, que acabó tercero. El catalán completó la crono en 24:33.71, con una ventaja de 45.12 sobre el italiano Luca Mazzone, que de nuevo tuvo que conformarse con la plata, como hace tres años en Tokio. El bronce fue para Jouanny, a 45.58 del español.

"No me esperaba que esa superioridad fuese tan grande, no teníamos nada más que referencias desde el kilómetro 5. No puedes bajar los brazos en ningún momento y sigues pedaleando hasta el final como un león en busca de su presa", reconoció el catalán.

No me esperaba que esa superioridad fuese tan grande, no tenía referencias y he seguido pedaleando como un león en busca de su presa

Sergio Garrote, bicampeón paralímpico de la rono
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Una apuesta de altura

Garrote veía recompensado con el oro su gran apuesta por el ciclismo. Vive por y para este deporte. Para llegar a París en la mejor forma posible se alquiló un apartamento en La Molina, en el Pirineo, para entrenar en altura. Ha estado viviendo allí desde abril. Como comentó a MARCA antes de viajar a París, su estancia larga le permitía adaptar el cuerpo a un trabajo con nivel de oxígeno inferior que luego se notaría en París. Sus entrenamientos era a partir de 1.600-1.700 metros hasta los 2.000 ó 2.300.

"La sensación es increíble. Es magnífico premio al trabajo, al sacrificio, al esfuerzo de llevar desde abril entrenando bajo un sol infernal, bajo nieve, bajo lluvia, en altura, a nivel del mar... Siempre decimos que hay que entrenar por encima de lo que vas a competir, con el máximo sufrimiento para que cuando llegue este momento, pues todo sea mejor", explicó como receta a su éxito.

En mayo había estado conociendo el circuito. Dio dos vueltas con Ricardo Ten y le gustó porque era exigente y completo con parte técnica, subidas y bajadas peligrosas, llano, falso llano... Tenía de todo. Hoy lo ha sufrido, pero también lo ha disfrutado. A su entrada escuchó a un grupo de españoles diciendo: "¡Vamos, Garrote!". Es el grito que él mismo se repite en los malos momentos, cuando lo más fácil sería decir que no puede. Allí se encontraban, entre otros, su mujer Miriam. Inseparable. Su mejor apoyo todos estos años.

El accidente que le cambió la vida

Y es, en el fondo, su filosofía de vida, la de no rendirse nunca. Tocó fondo en 2001, cuando sufrió el accidente laboral. Entonces el ciclismo era su hobby. Tenía dos bicis, una de carretera y otra de montaña, y se desprendió de ambas. Con 22 años pensaba que se iba a comer el mundo y, como suele decir él, fue el mundo quien entonces le comió a él.

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Se centró en los estudios e hizo hasta cuarto de Medicina y luego cambió a Criminología. Fue entonces, en 2015, cuando dejó todo por la handbike. Le animó a probarla un amigo y recuerda como si fuera ayer aquel día. Le encantó la sensación de libertad pero también fue muy duro porque su mente quería volar pero su físico no le dejaba.

Desde que debutó en 2016 con la selección española se ha colgado una medalla en todas las competiciones, ya sea Mundial, Copa del Mundo o de Europa. Los Juegos no han sido una excepción. En su debut en Tokio ganó el oro en la crono y el bronce en la ruta. Es el gran referente de su categoría y sus rivales le han copiado la misma relación de platos y piñones que lleva él.

Edu Santas, plata y Damián Ramos, bronce

El primer en hacer sonar el himno había sido Ricardo Ten, que también dio una exhibición para coronarse campeón paralímpico. Es la primera medalla de oro paralímpica del valenciano en ciclismo. De sus siete Juegos, cinco los disputó como nadador y los dos últimos sobre la bici. El oro de hoy supone su tercera medalla en París (ya tenía una plata y un bronce) y la undécima en unos Juegos Paralímpicos.

Por su parte, Eduardo Santas se ha proclamado subcampeón paralímpico de la crono en C3 y se ha sacado la espinita de los cuartos puestos. El aragonés, que disputa sus terceros Juegos, empleó 43.91 segundos más en recorrer los 28 kilómetros del circuito que el francés Thomas Peyroton-Dartet, que se proclamó campeón paralímpico en casa. El alemán Matthias Schindler fue bronce. Santas se quedó a las puertas de la medalla en París en la prueba de persecución en pista con una cuarta plaza. Cuarto también había sido en ese misma prueba en Tokio.

El león Sergio Garrote da un zarpazo en París: ¡oro en la crono!

Santas empezó en el ciclismo por su familia. A los 8 empezó a competir y desde 2010 es internacional. Tiene medallas mundiales y europeas. También un bronce paralímpico en velocidad por equipos en Río 2016, pero le faltaba la medalla individual que acaba de conseguir.

"Estoy súper feliz. Aún no he reaccionado mucho, pero es al final lo que quería de toda mi carrera deportiva, ya no me faltaba nada más, era lo que tanto ansiaba. Venía súper confiado a esta crono, me daba mucho miedo hacer otra vez cuarto que he hecho muchas veces. Iba en esa posición en la última referencia que me han dado y he apretado a muerte", confesó.

Y Damián Ramos se ha colgado el bronce en la clase C4 con un tiempo de 38:05.94, a 1:19.45 del francés Kevin le Cunff, que se proclamó campeón paralímpico. La plata fue para el también francés Gatien le Rousseau.

España ha estado a punto de hacer pleno en la crono. El único que se ha quedado fuera del podio es Luis Miguel García-Marquina, que fue bronce en Tokio, y que este miércoles ha acabado sexto (47:07.04).

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