Los directores deportivos son una figura fundamental en el organigrama de ciertos clubes y completamente desaparecida en el de algunos otros. Hay quienes la fomentan pero ponen en el cargo a gente sin más experiencia previa que la de haber sido futbolistas. Su trabajo consiste en, desde la sombra, armar un grupo capaz de cumplir con el objetivo del club; a ellos, a diferencia de los entrenadores, sí se les deja trabajar. Se viene el verano y es su momento.
Y si hay un figura que puede entenderse como el paradigma del puesto, el de director deportivo, es la suya: Ramón Rodríguez Verdejo, más conocido como Monchi, era hasta hace algunos días el director deportivo del Sevilla. Después de semanas de conversaciones y rumores separó su camino del club que ha sido su casa durante 25 años, en dos etapas diferentes. Es uno de los artífices de los mayores éxitos del conjunto hispalense y su figura es casi idolatrada en Sevilla.
Su salida ha descabalgado al club y ha puesto en marcha un peligroso rompecabezas que está haciendo mover los cimientos del fútbol español hasta preguntarnos por la importancia del papel del director deportivo.
Con Israel Herraiz, periodista de Radio MARCA, Iñaki Ciordia, delegado de MARCA en Pamplona, y Alberto Fernández, periodista de MARCA que cubre el día a día en Sevilla, valoramos la posición del director deportivo a través de las figuras de Monchi, Braulio Vázquez, Cobeño y Víctor Orta.
