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"Los retos de Flick"

Es tiempo de opinión en La Pizarra de Quintana

"Los retos de Flick"
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El fútbol no es una foto fija. La capacidad de reacción y de adaptación a cada acontecimiento es fundamental para lograr un éxito. Sobre todo ahora, en el fútbol actual, con temporadas tan largas en las que suceden tantísimas cosas, en las que hay una infinidad de lesiones y en las que ya todo se conocen perfectamente.

Digo todo esto porque el Fútbol Club Barcelona de Flick, el mejor equipo en Europa de los tres primeros meses de competición, viene de dos pinchazos en los que, más allá del resultado, lo importante es que no ha podido ser el mismo equipo. De hecho es que los resultados son consecuencia de esto.

Flick, haciendo gala de su carácter alemán, no ha querido poner peros ni excusas. Su equipo no jugó bien ni en San Sebastián ni en Vigo. No fueron 10 minutos, fue el partido en general. Flick es exigente. No pasa una. Recuerdo el día de la goleada al Sevilla cómo ponía algún que otro pero por el último gol. Lo mismo el día del derbi ante el Espanyol, cuando su equipo sesteó en la segunda parte.

Más allá de que esa es su forma de ser, me parece lógico este grado de exigencia porque sabe que es el único que puede llevar a su equipo a ganar a final de temporada. El Barça, por lo que no tiene en plantilla pero también por su idea de juego, necesita vivir cada minuto de cada partido como si fuese el primero y el último de la temporada. Si no, pasan cosas como las que le pasaron a Koundé el sábado. Si no, su milimétrica línea del fuera de juego puede comenzar a hacer aguas.


De hecho, aquí ya se nota que hay un estudio por parte de los rivales. Manolo González, Imanol Alguacil y Claudio Giraldez, seguramente sobre todo a partir del partido del Clásico, han buscado atacar esa línea con apoyos interiores y descargas hacia fuera. Es decir, jugando un poco menos directo y buscando la llegada desde atrás para evitar caer en esa trampa.

Esto era previsible, a los que ganan les estudian más que a ningún otro. No creo que al Barça le hayan cogido el tranquillo, pero sí considero que Flick tendrá que reajustar ciertas cosas para adaptarse a esta nueva forma de atacar la seña de identidad de su equipo.

Esto es lo bonito del fútbol. Como decía al principio, no es una foto fija. Cada reacción conlleva una reacción y un proceso de adaptación muy darwiniano. Ahora le toca mover ficha a Flick, tanto a nivel de gestión de plantilla como a nivel de pizarra.

Yo confío en él para dar con las teclas adecuadas. Lo más complicado, en realidad, ya lo ha hecho. Lo que me parece más difícil, lo que no creo tanto que esté en su mano, es el poder reemplazar a Lamine Yamal cuando éste no está. El Barça depende de Lamine como todos los equipos dependen de los mejores futbolistas del mundo. Así debe ser.


La cuestión es que arriba el Barça va corto de efectivos. Una baja de Lamine, de Lewandowski o de Rapinha no es que quite calidad y pegada al equipo, es que le obliga a ser uno diferente a ese que nos ha maravillado los primeros tres meses de competición.

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