Danielle Collins ha vuelto a mostrar su carácter explosivo. La estadounidense, finalista del Open de Australia en 2022, protagonizó un tenso momento este miércoles durante su victoria ante Emma Raducanu en los octavos de final del torneo WTA 500 de Estrasburgo.
Lío en Francia
Esta vez, su enfado no fue con la grada, como ya ocurrió en Melbourne, sino con un cámara de televisión que, a su juicio, invadió el espacio de las jugadoras en el tiempo de descanso.
"Necesito agua. Estamos cambiando de lado. No hace falta que estés tan cerca de mí, ni que estés encima de Emma. Es completamente inapropiado", protestó Collins, visiblemente molesta, ante la presencia del operador. Collins terminó imponiéndose en tres sets: 4-6, 6-1 y 6-3.
Ya en el pasado Open de Australia, la número 46 del mundo arremetió contra la grada local tras superar a Destanee Aiava en un ambiente hostil: “Cuando juego en un ambiente así me motivo aún más. Los que me odian son los que pagan mis cuentas, y es una sensación súper agradable", declaró en aquella ocasión.
A sus 31 años, y tras haber anunciado que se retiraría al final de 2024, Collins decidió prolongar su carrera una temporada más.
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