Que de la Covid-19 se sabe poco es algo que recuerdan día a día los científicos. Y es uno de los quebraderos de cabeza entre los médicos. El aislamiento rebaja su letalidad, pero el desconocimiento dibuja una panorama futuro cargado de interrogantes.
Ejemplo de esa oscuridad es que ahora surgen nuevos síntomas que se asocian a la presencia del virus en el organismo humano.
La pandemia permitió detectar casos a través de estos parámetros: tos o dificultad para respirar; o al menos dos de estos síntomas: fiebre, escalofríos, temblores y escalofríos que no ceden, dolor muscular, dolor de cabeza, dolor de garganta o pérdida reciente del olfato o el gusto.
Ahora, un estudio de doctores españoles para el British Journal of Dermatology vincula el coronavirus a diferentes problemas cutáneos. A esas conclusiones se ha llegado después de analizar 375 casos en España. El primero, más conocido, afecta las manos y los pies y viene en forma de sabañones, una lesión cutánea unida a la exposición al frío. El estudio expone que los efectos del coronavirus afectan a los vasos sanguíneos, hasta los niveles más pequeños y provoca trastornos circulatorios.
Otros focos son la aparición de pequeñas ampollas en la piel, picazón en las heridas, erupciones maculopapulares (zonas enrojecidas) y necrosis (muerte de las células de la piel).
La evolución de la pandemia ha demostrado que el virus ataca a muchos órganos. Primero a los pulmones, pero también el riñón, el corazón y las articulaciones. Y ahora a la piel, aunque estas manifestaciones no se encuentran entre las más frecuentes.
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