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En un país como España, todavía hay muchos rincones que no son conocidos por muchos, pero que destacan por su importancia patrimonial e histórica. En la provincia de Burgos, encontramos uno de los ejemplos más manifiestos con el castillo de Poza de la Sal, una de las fortalezas más espectaculares que esta zona.
La historia se remonta a la Edad Media, una época en la que en las villas castellanas había una profunda preocupación por la defensa de los territorios. En el caso de Poza de la Sal, sus salinas eran la principal fuente de riqueza de la comarca. En lo más alto de la peña, en el Roquero, se fundó una fortaleza que sería la protagonista de este punto.
Todavía resisten al paso del tiempo los dos cubos que flanqueaban el arco de entrada de este castillo, que era la puerta de al patio de armas de la fortaleza. Protegida por un foso y una cerca, los Rojas construyeron en la base de esta edificación defensiva un alcázar, una muestra que refleja el poder de los señores en esta época. No obstante, hoy solo se conservan dos cuerpos y una torre cuadrada.
La Guerra de Independencia recuperó este castillo de Burgos
Con el paso de los siglos, la Guerra de Independencia sirvió para que el castillo aflorase nuevamente debido a que los ses lo rehabilitaron para instalarse en este lugar. Posteriormente, este punto sirvió para dar servicios de vigilancia durante las guerras carlistas del siglo XIX.
Más recientemente, la intervención de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León ha sido determinante para la restauración y puesta en valor de este castillo en la primera década de este siglo. Un interesante lugar que se puede visitar con un libre para todos aquellos que se quieran acercar a la provincia burgalesa para disfrutar de un icono de la historia del país.
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