La vida diaria de las personas que trabajan y viven en una ciudad, más si cabe en aquellas de gran tamaño, les obliga a llevar una rutina frenética, con el caos del tráfico y la vorágine de ofertas culturales y de ocio que se ofrecen. Por ello, en ocasiones es necesario escapar a la naturaleza y olvidarse de las obligaciones. Un plan perfecto para hacerlo es seguir uno de los muchos recorridos lejos de Madrid.
La opción ideal para una ruta así es el Monte de Boadilla, lo suficientemente alejado del ruido de la capital de España, pero lo bastante cerca como para permitir que miles de personas, amantes de lo rural o no, puedan tener a mano este plan increíble que recorre un sinfín de paisajes de lo más sorprendentes.
Las muchas rutas del Monte de Boadilla y todo lo que ofrece
Su entorno es algo más que llamativo, y es que cuenta con nada menos que 828,95 hectáreas. Un amplio y magnífico paraje que se completa con un clima de lo más singular y particular. Ahora que se acerca la primavera es, sin lugar a dudas, el plan perfecto para escapar.
Para enmarcar es el curso del agua que se sigue desde el arroyo de la Fresneda y que sirve como línea de frontera entre la zona norte y sur del monte. Esto sigue a su vez por lugares emblemáticos como los parques de El Caño y de Juan Pablo II. Este Monte de Boadilla está compuesto de vegetación mediterránea, con encinas, fresnos comunes y quejigos, además de olmos o la jara.
Su fauna tampoco es desdeñable, con especies como pinzón vulgar, alondra cotovía, herrerillo capuchino, trepador azul, entre otros. Todos ellos conviven en las diversas rutas del monte, como por ejemplo: Paisajes de Boadilla, Memorias del Agua, de la vegetación, del Arroyo de la Fresneda, de la Fauna, Ornitológica, ciclista y de los árboles notables.
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