Son muchísimas las personas que son amantes de los animales, e incluso, prefieren pasar mucho más tiempo con sus peludas mascotas que con seres humanos. Muchos afirman que el mejor amigo del hombre son los perros, sin embargo, muchos otros prefieren optar por la compañía de un gato, aunque bien es sabido por todos, que es un animal muy independiente y en algunas ocasiones poco cariñoso.
Si piensas así, puedes estar equivocado, ya que hay una raza de gato que es la excepción. Estos son los gatos sphynx o esfinge. Estos son muy conocidos por lo exóticos que resultan, ya que no tienen pelo, o por lo menos eso aparentan, ya que si tienen, aunque sea muy pequeño y muy poco visible.
Este es el origen del gato sphynx
Esta raza, a la cual suelen relacionar con Egipto por su nombre, se creó en Canadá en los años 60, cuando una gata con poco pelo dio a luz a una gatita sin pelo, debido a una mutación genética espontánea, algo que llamó la atención de muchas personas. Desde entonces se realizó una selección de esta raza y su consiguiente cría.
Pero además de su aspecto, por el que mucha gente le conoce como los gatos calvos, hay otro apartado que lo hace totalmente distinto a los otros animales de su especie, su personalidad.
Los gatos sphynx son muy juguetones y extrovertidos. Son animales a los que les encanta estar con muchas personas sin tener ningún tipo de problema. Demostrando esa personalidad, son capaces de dar la bienvenida a sus dueños cuando llegan a casa. Y la gran diferencia con los otros gatos, es que son muy dependientes.
Por lo tanto, si lo que quieres es optar por una raza gatuna totalmente diferente al resto de gatos, tener un gato sphynx debería ser una de tus grandes opciones.
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