'Pesadilla en la cocina' lleva en antena desde 2012 gracias al haber tenido siempre buenos datos de espectadores. Las peores críticas que se ha llevado siempre este programa han sido de los propios restaurantes a los que han acudido a ayudar. Muchos hosteleros se han quejado del formato y del propio Alberto Chicote.
Y es que en más de una década de emisión, ha habido restaurantes que se han salvado gracias a los consejos del chef pero hay otros que han quedado muy descontentos con el paso del programa por sus cocinas. Incluso hay algunos que se plantean en mitad del rodaje dejar de grabar pero en este caso, la multa que te pone el programa es alta.Cuando un restaurante acepta la ayuda de Alberto Chicote y su equipo, firman un contrato en el que se estipula una multa por si no llega a emitir el capítulo por motivos causados por el participante. Esto se sabe gracias a los hosteleros de La Taberneta, que lo han desvelado en el canal de YouTube, 'Cenando con Pablo'.
Revelan cuánto era la multa si te parabas el rodaje de 'Pesadilla en la cocina'
Los dueños de este restaurante de Barcelona, Walter y Ana, han contado que ellos firmaron para que se grabase el día a día y si cortabas el rodaje tenías que pagar una multa. "¿Eran 100.000?", preguntaba el youtuber. "Pues por lo menos. Era muchísimo dinero. Tenías que pagar el sueldo del equipo también", contestó ella.
Han apuntado que las jornadas de grabación se podían alargar hasta la madrugada, acabando con momentos de tensión y nerviosismo que hace que luego salgan en la tele escenas de los empleados y dueños enfadados.
Desvelaron algunas trampas que les pidió el equipo de 'Pesadilla en la cocina' que hicieran: "Cuando nos dicen que quieren grabar dejáramos sin limpiar el restaurante cinco días. Un congelador que estaba vacío lo dejaron abierto y dijeron 'tú déjalo así' y se llenó todo de hielo", expresó Walter.
Han puesto en duda que el programa muestre la verdad: “Hay un momento que él está enfocando a la cocina y coge una caja de ajos que hay encima de una nevera. Saca la caja de ajos y de dentro saca el desatascador. Yo en ese momento pensé 'es un cabronazo' porque el desatascador estaba debajo del lavabo. Y esa caja no era de ajos", contó Ana.
También contó la hostelera que ellos hacían que llegasen todos los clientes a la vez: "Y luego tienes a la mosca cojonera aquí y te vas poniendo nervioso. Yo te puedo decir que a mí sí que me han llegado a poner un cartel detrás de cámara 'llora ahora'".
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