La octava edición de 'La isla de las tentaciones' está siendo protagonizada por el cuarteto amoroso de Montoya, Anita, Gabriella y Manuel. Tras todas las polémicas surgidas en las últimas semanas, con las carreras de Montoya aún en la retina de millones de personas, su novia y su tentadora favorita se vieron las caras y lo cierto es que la batalla dialéctica fue de alto voltaje.
Sandra Barneda recibió primero a Anita, que llegaba al encuentro especial con actitud desafiante: “Estoy bien, estoy tranquila. Tengo ganas de ver a Gabriella, decirle cuatro cositas y darle algún consejo”. Un comportamiento que mantuvo incluso ya con la tentadora frente a ella: “A ver si se le van a caer las extensiones, Sandra”.
Ambas no se detuvieron en sus ganas de lanzarse pullas, y es que Gabriella contestó con otro ataque: “Vaya cara, hija. Para estar todo el día follan** tienes el cutis fatal”. No tardaron en romper la aparente calma, a pesar de los reproches. En cuanto la tentadora de Montoya habló de Anita y su trato a su novio, todo cambió.
Anita retuerce su versión y Gabriella estalla
“Te bajas cuatro si no sabes de mi relación. Tú no eres nadie para hablar de mi relación. Con que le des un poco de zambombeo, que me das vergüenza... A mí novio no le he escuchado gemir tan mal en la vida, así que si quieres te doy cuatro clases”, expresó enfadada Anita.
Estupefacta, Sandra Barneda quiso que ambas mostraran un poco más de respeto y les hizo saber que Gabriella debía responder a todas las preguntas de Anita. Esta quiso saber por la reacción de Montoya al descubrir su infidelidad y Anita se lo explicó: “Verle destrozado y que al segundo día te empotraras a Manuel me ha parecido lamentable. Luego liarte con otra chavala también…”.
“Le regalo a mi novio con lacito y todo. A mí ya me ha demostrado que ni me respeta ni me quiere ni nada. Yo he hecho eso por sus actitudes”, sostuvo Anita. En ese momento, Gabriella estalló: “¿Pero qué actitudes? Si él no había tenido nada conmigo y tú ya te lo habías trajinado”.
Anita aprovechaba para ofrecer consejos sobre el sexo a Gabriella, mientras que esta le hacía ver que había tenido que ver cómo Montoya lloraba por su pareja. Anita, enfadada, se levantaba y alzaba la mano, lo que no gustaba nada a la soltera. “¡Bájame la mano!”, gritó Gabriella, que aguantó los “berridos de cabra y gritos de chihuahua” con sorpresa.
Comentarios